A un lado del cuadrilátero, con calzón blanco, los aficionados del Málaga que consideran que la temporada ha sido de sobresaliente, y que la clasificación europea le daría la matrícula de honor. A otro, con calzón negro, los seguidores irritados porque no entiende cómo el equipo ha dilapidado su ventaja de puntos sobre los rivales; es más, que incluso no entienden cómo no está en la sexta plaza o aún luchando por ella. Obviamente, muchos matices riegan estas versiones, pero es cierto que la progresiva caída clasificatoria del equipo en la tabla ha ido recrudeciendo hasta que la pérdida de la séptima posición en Villarreal ha terminado de hacerlas eclosionar.

Las dos caras bien diferentes del equipo en la primera y en la segunda vuelta alimentan la discusión. De un primer parcial histórico a números de descenso. El aficionado al fútbol, que suele tener poca memoria, tiende a quedarse con el presente, así que no son pocas las voces que argumentan que al Málaga le ha faltado algo más de fe para pelear por una posición que tenía en franquía gracias a una remesa de puntos que llegó a ser de hasta nueve de diferencia con respecto al octavo. Que sobre todo lejos de La Rosaleda el equipo no mostró la actitud e intensidad adecuada para luchar por Europa; se citan los casos de Levante, Granada, Rayo o Eibar para justificarlo.

Los aficionados que lo viven desde el polo opuesto señalan la excelsa primera vuelta como algo irreal, con victorias conseguidas por encima de las posibilidades y que fundaron una perspectiva inadecuada para el espectador. Que Javi Gracia exprimió a los suyos sacándoles un rendimiento inesperado y la inestable secuencia de resultados de los últimos meses es la cara más real, con un equipo fatigado y víctima de su falta de contundencia en el ataque.

Ciertamente, son muchos los argumentos que han motivado dos caras tan diferencias, y ambos bandos pueden acogerse a ellos. Muchos no se explican cómo Espanyol, Elche o Deportivo salieron vivos de La Rosaleda con puntos. En días en que el equipo llegó mucho a puerta pero acabó pagando su falta de puntería y la endeblez atrás. No obstante, también durante la primera vuelta se sacaron adelante partidos por la inercia positiva que en el momento actual podrían haber acabado de otra manera. Como las remontadas ante Granada, Eibar y Elche en la primera vuelta. Hay un dato muy curioso que ejemplifica bien las dinámicas: en el choque contra el Celta en Balaídos, Nolito dio la victoria a los suyos en el último minuto después de que el Málaga marrara cuatro ocasiones claras. En la ida, sin embargo, la última ocasión del encuentro la tuvo también Nolito, si bien su intento de gol olímpico lo atajó Kameni sobre la línea de gol (el resultado final fue de 1-0).

Muchas incidencias han ocurrido tras el final de la primera vuelta. El parón no sentó nada bien en el aspecto físico. Santa Cruz y Antunes salieron de la plantilla en contra de la opinión del entrenador y ante la obligación de vender de la entidad. Una pubalgia dejó a Javi Gracia sin Camacho durante un mes.

Ante los que argumentan que Amrabat se lesionó en su mejor momento, están los que recuerdan que Santa Cruz tomó su lugar a base de goles. Los que reflejan que se ha perdido a jugadores clave como Camacho o Amrabat en tramos importante, aparecen los que contestan que el Málaga tomó el Camp Nou sin ellos para ser el único equipo de Europa que este año no ha perdido ante ellos. Hay quien censura que el equipo sólo ganó por más de un gol a Rayo Vallecano (4-0) y Córdoba (2-0), pero ese motivo tiene réplica en que en este mal tramo de la segunda vuelta sólo Levante, Espanyol y Real Madrid (estos dos con tantos en el descuento y el Málaga volcado en ataque) vencieron por más de un gol a los blanquiazules. Un debate en el que no es fácil poner de acuerdo a unos y otros pero que recuerda que la exigencia de la afición la marca el último resultado.