Nordin Amrabat se ha puesto un objetivo: volver a ser Nordin Amrabat. Lo que parece una obviedad revela que en lo que va de curso Amrabat no ha sido ni de lejos, por diversas causas, el jugador diferencial que llevó al club a pagar 3,5 millones al Galatasaray para quedarse con su pase en propiedad. El Málaga necesita de su mejor versión, la de un futbolista que en un estado óptimo es capaz de barrer todo el frente del ataque, inabordable en carrera, roca para los centrales y huracán para los laterales. Aún no ha marcado esta temporada y el equipo blanquiazul se ha resentido. Amrabat promete mejorar pero, según dice, necesita de más entrenamientos y partidos. Mientras se afana en adquirir la forma, llega el Granada, un rival que supuso para el polivalente atacante un antes y un después en su estancia en Málaga.

Amrabat suma seis encuentros en lo que va de campaña. Sus cifras son muy pobres: cero goles y cero asistencias. Los problemas físicos han sido un constante obstáculo para el malaguista. En la cuarta jornada, en Getafe, se dañó el tobillo derecho. Dos jornadas después se vino del Bernabéu con el menisco externo de la rodilla derecha roto. Viajó a Amsterdam a operarse. Su estimó una baja de dos meses, pero regresó antes de lo previsto. Contra el Espanyol fue la novedad de la convocatoria y salió como titular. Se le vio falto de ritmo, pero generó peligro.

Tampoco Javi Gracia ha encontrado el sitio adecuado para Amrabat, al que no termina de ver como un jugador de banda. Cree el técnico que el marroquí carece de capacidad de asociación y que luce más como referencia en punta. Amrabat, por sus condiciones físicas y futbolísticas, ha sabido desenvolverse como ariete, aunque ha brillado esencialmente con libertad partiendo desde los costados, sobre todo el izquierdo.

Entretanto, entre que mejora físicamente y encaja nuevamente en el engranaje blanquiazul, el Málaga echa de menos su aportación numérica. El curso pasado, a estas alturas de campeonato (12 jornadas), Amrabat sumaba cuatro goles y tres asistencias. Entonces, claro está, no había sufrido percance físico alguno. Un precedente halagüeño es que también entonces le costó entrar en juego: marcó su primer gol al sexto encuentro que jugó, en Córdoba, donde dio una exhibición.

Salvo sorpresa, Amrabat volverá a ser de la partida contra el Granada este sábado. Desde su llegada a Málaga en enero de 2014, sólo en una ocasión enlazó siete jornadas sin anotar. Ante el conjunto nazarí jugará su séptimo encuentro liguero. Este buen precedente se suma al hecho de que el Granada es un rival especial para Amrabat. El año pasado, tras ser sustituido en el minuto 57, tuvo un feo detalle en el banquillo tirando una chamarreta al suelo. El enfado de Amrabat por ser cambiado fue palpable. El club, en lugar de multarle, dialogó con el jugador, éste hizo propósito de enmienda en privado y públicamente y, a partir de ahí, Amrabat mostró la mejor versión que se ha disfrutado de él en Málaga a día de hoy.

Amrabat tiene asumido que es el buque insignia del proyecto, aunque se comporta como uno más del grupo. Ayer quiso mandar un mensaje de tranquilidad. "Todo el mundo sabe que no es un momento fácil para el club y la afición. Estamos en el último puesto. Es difícil para los aficionados mirar la clasificación. Pero necesitamos trabajar duro, lo hacemos en cada entrenamiento. Y en los partidos. Estar juntos y unidos. Tanto en defensa como en ataque. Tenemos que empezar ya, estar todos juntos. Los jugadores, los empleados, el cuerpo técnico, los directivos, los aficionados... Todos. Quedan muchas jornadas y hemos tenido muchos lesionados: Camacho, Roque, yo... Cuando estemos todos de vuelta, aportaremos. Necesitamos a los aficionados. Los resultados llegarán", dijo sobre la difícil situación deportiva e institucional que atraviesa la entidad.

Amrabat sigue un plan de trabajo específico para recuperar su mejor forma. "Me siento bien, estuve siete semanas fuera y sólo he entrenado tres veces con el equipo. Evidentemente, no estoy al 100%. Necesito más partidos y más entrenamientos para dar el máximo de mí y poder ayudar al equipo. Si el equipo me necesita, allí estaré", afirmó Amrabat, que terminó su comparecencia con un optimista "¡vamos, Málaga!".