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"La sentencia del juicio contra Mubarak ampara la represión"

  • La reportera leonesa analiza en su último libro las protestas que han encendido la llama de la revolución en las regiones árabes de Oriente Próximo y el Magreb

Su rostro es joven pero su vida es experimentada. Se llama Olga, y es periodista. Siempre ha trabajado en medios muy prestigiosos, pero un día decidió trabajar la profesión como más le gustaba; por ello se plantó en Oriente Próximo, donde ha vivido diferentes acontecimientos históricos que más tarde decidió plasmar en libros. El último de ellos Yo muero hoy, que presenta hoy en la Fundación Tres Culturas,relata los cambios sociopolíticos de la llamada Primavera Árabe.

-Las revoluciones árabes partieron de la inmolación a lo bonzo de Mohamed Buazizi en Túnez ¿Es la Primavera Árabe un movimiento juvenil?

-La inmolación de Buazizi es una más de las que se produjeron antes y después, no sólo en Túnez sino en otros escenarios de las revueltas. Evidentemente la inmolación de Buazizi es la gota que colma el vaso en Túnez, pero el no tenía voluntad de hacer estallar una revolución en los países árabes sino denunciar su situación. No obstante los jóvenes han sido fundamentales en las protestas de Oriente Próximo y el Magreb.

-Muchas de las fuentes que cita en el libro son, antes de las protestas, defensores y activistas de derechos humanos y algunos han sido parte de la diáspora de estos países ¿Ha habido influencia occidental en la Primavera Árabe?

-Desde mi punto de vista no ha habido influencia occidental, sino todo lo contrario, pese a la voluntad de Occidente, que ha intentado vincular a teóricos occidentales con las revueltas árabes. Desde sectores muy dispares de la población son conscientes de las consecuencias negativas que durante décadas la injerencia extranjeras ha tenido en estos países, primero como colonialismo y más tarde como neocolonialismo. Por lo tanto, existe una reacción, legítima, a rechazar esa actitud paternalista occidental. Además, las revueltas árabes son productos de la indignación y la frustración de las sociedades, que han influenciado a otros movimientos globales como el 15-M o el movimiento indignado en Estados Unidos.

-Túnez era un país pequeño, un factor a favor, pero Egipto es el más grande de los árabes. ¿Cuáles fueron las claves del éxito de la Revolución de Tahrir?

-En Egipto ha caído la cabeza visible del régimen, pero este fin de semana hemos visto cómo miles de personas pedían la caída del régimen, porque son conscientes de que buena parte de las estructuras del régimen anterior siguen intactas. Egipto tiene en su territorio el Canal de Suez y comparte frontera con Israel y Gaza, por lo que un Egipto realmente libre de injerencias extranjeras y democrático daría la espalda a Israel porque la solidaridad del pueblo egipcio es evidente hacia Palestina, y es un factor que complica realmente la situación. Los activistas de Tahrir dicen que Mubarak se fue pero ahora hay que tumbar a los minimubarak.

-¿El juicio contra Hosni Mubarak es un juicio histórico?

-Es notable y llamativo que la sentencia judicial salga cuando se ha producido la primera vuelta de las elecciones y aún falte la segunda vuelta. Mubarak ha sido condenado a cadena perpetua, pero los seis responsables policiales de los incidentes de las revueltas han quedado en libertad, por lo que la Justicia egipcia ha amparado la represión policial.

-La situación en Siria se está complicando ¿Es posible una nueva intervención militar extranjera cómo en Libia?

-Siria es un tablero de ajedrez donde las potencias internacionales están echando un pulso. Los países del Golfo han mostrado su predisposición de ofrecer armas e incluso de una intervención militar, pero mientras no haya resolución de la ONU no habrá intervención. Sin embargo, yo no soy partidaria de la doctrina preventiva y de las bombas humanitarias.

-¿Las reformas en Marruecos, Argelia o Jordania, frenan las protestas o camuflan la democracia de estos países?

-Evidentemente han sido hábiles apostando por ciertas medidas, pero no aplacan ni terminan con los problemas políticos y sociales.

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