Amnistía Internacional (AI) denunció las violaciones sistemáticas de derechos humanos de las que son víctimas miles de refugiados en la frontera entre Serbia y Hungría por parte de las autoridades magiares, que realizan devoluciones en caliente y persiguen con perros a los inmigrantes, a los que en muchas ocasiones luego agreden físicamente.
AI publicó ayer un informe en el que condena el programa que puso en marcha el presidente húngaro, Viktor Orban, para mantener a los inmigrantes fuera de Hungría. El conjunto de medidas, conocido como Schengen 2.0 se basa en "violentas devoluciones en caliente, detenciones ilegales dentro del país y condiciones inhumanas para aquellos que esperan en la frontera serbia".
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