Cultura

Elemental, Jardiel

Cuánto daño le hizo a Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) la Guerra Civil. Y cuánto le sigue haciendo el malentendido que rodea su memoria, que le ha desdibujado como franquista y reaccionario. Su obra, una de las expresiones más libres de nuestra lengua, apenas se conoce y respeta. Por suerte, la editorial Rey Lear sigue empeñada en sacar a la luz textos que pensábamos que no podríamos leer.

Novísimas aventuras de Sherlock Holmes fue la primera incursión pirata e irreverente de Jardiel en el brumoso mundo del detective de Arthur Conan Doyle -Rey Lear ya publicó Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull, otro de sus apócrifos sobre el personaje-.

Con dibujos del propio Jardiel, y prólogo de Rafael Reig, estas escasas 96 páginas -apenas siete relatos- son una deliciosa locura en la que Jardiel usurpa el lugar del Doctor Watson y da rienda suelta a su absurdo y destructor sentido del humor. Aquí, Londres siempre está rodeada de niebla, la gente cae muerta en cada esquina y nada se explica ni tiene por qué.

El ingenio de este madrileño desvergonzado convierte a Holmes en un despistado genio que se presenta sin motivo a Jardiel, quien se lanza a los peligros de pegarse a la espalda de toda una leyenda de la letras populares inglesas, pero que parece un chulo castizo cuando habla de la mano del autor de La tournée de Dios.

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