Cultura

El poeta en el caleidoscopio

  • Nuevas películas y reediciones de su obra literaria recuerdan a Pasolini 40 años después de su muerte.

Por encima de todo poeta, poeta de la vida, del cine o del pensamiento. La obra de Pier Paolo Pasolini 40 años después de su trágica muerte, que se cumplen este año, está más viva que nunca como muestran las reediciones, inéditos y la película de Abel Ferrara que, sobre el autor italiano, se estrena este mes de marzo.

El 1 de noviembre de 1975 Pier Paolo Pasolini murió en un descampado de la localidad costera de Ostia, cercana a Roma, como consecuencia de un tremenda y violenta paliza que, según la versión oficial, le fue propinada por el joven Pino Pelosi con quien iba a mantener relaciones sexuales, quien en un primer momento se declaró culpable y cumplió pena de cárcel, pero luego se retractó. Aunque otras versiones dicen que fue una emboscada y que fue golpeado y atropellado por un grupo organizado, que fue un complot. Y es que el poeta, narrador, cineasta, pensador, crítico o pintor, nacido en Bolonia el 5 de marzo de 1922, era uno de los mayores iconoclastas, detestado por lo marxistas más ortodoxos y la derecha más radical. Así, hoy, 40 años después de su muerte, el autor de películas que son grandes clásicos del cine como Teorema, Decameron o Saló o le 120 giornate di Sodoma es objeto y referente en todos los frentes en el llamado "Año Pasolini".

Uno de los creadores que más ha trabajado desde el lado de las tinieblas, el cineasta Abel Ferrara (Nueva York, 1951) estrena este mes su esperada película Pasolini, protagonizada por Willem Dafoe. Y otro plato fuerte y sugerente en el Año Pasolini lo constituye la publicación de una antología de ensayos inéditos en español, radicales y trasgresores del escritor sobre la cultura contemporánea, que bajo el título de Demasiada libertad sexual os convertirá en terroristas, publica Errata naturae. El libro ofrece un documento único, la última entrevista hecha a Pasolini pocas horas antes de su muerte y que él mismo definió como "un testamento intelectual y espiritual", y en la que dice: "mientras nosotros estamos aquí hablando puede que haya alguien en el bar planeando liquidarnos". "Lo que no habla tanto de una premonición como de la estricta lucidez de quien ha tocado la vida violenta y conoce verdaderamente su lugar en el mundo", advierte Raúl Ruiz, editor de Errata nature. En el libro se amplia y se muestra otras de las grandes facetas de este creador único, la de ensayista y visionario, y en él habla de la violencia, la guerra, la cultura, la educación o la televisión.

Pero, además, acaba de aparecer, editado por Nórdica en edición bilingüe La religión de mi tiempo, su principal obra poética desde 1957 a 1971, con traducción de Martín López-Vega, quien asegura en el prólogo que es imposible leer la poesía de Pasolini como una manifestación separada del resto de su obra. "La poesía es con todo, el sistema nervioso de toda su producción, el laboratorio donde todas sus ideas se decantan y quintaesencian para luego disolverse en las distintas formas narrativas", dijo. Y al tiempo que recuerda que Pasolini "solo podía encontrar la felicidad en la libertad..., un imposible en cuya búsqueda valía la pena perder la vida..."

Fue el propio Pasolini quien dijo en un texto para una selección de sus poemas publicados en 1970, que también hizo sus películas "como poeta". "¡Soy un hombre libre! Ingenuo alimento/de la libertad es el llanto: así que lloraré. Es el precio por legitimar mi deseo, desde luego: pero el amor vale cuanto tengo. Sexo, muerte, pasión política, son los objetos simples a los que entrego mi corazón elegíaco..." escribe el poeta.

También publica Nórdica la primera novela del autor, Chavales del arroyo, escrita en 1955 y una de las mejores puertas abiertas para conocer su obra, traducida por Miguel Ángel Cuevas. Se trata de una crónica de los suburbios de Roma durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, un clásico del siglo XX, y una fuente para el movimiento neorrealista italiano.

Clásico y rompedor, en todo caso creador de su propia tradición, Pier Paolo Pasolini puso a prueba el puritanismo de su época con Saló y dedicó a Juan XXIII El Evangelio según San Mateo, considerada por la propia Iglesia la mejor aproximación del cine a la figura de Crsito. Pasolini era de todos los tiempos; también del presente, en cuya memoria habita.

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