Atrás parecen haber quedado los tiempos, para nada remotos, en que resultaba difícil encontrar representaciones escénicas en el Cervantes fuera del Festival de Teatro. El director de los Teatros Cervantes y Echegaray, Juan Antonio Vigar; el responsable de producción de los mismos, Miguel Gallego; y la concejal de Cultura, Gemma del Corral, presentaron ayer la programación para los primeros meses de la próxima temporada, de septiembre a diciembre, que refuerza exponencialmente para estos espacios la presencia del teatro y la danza, con un menú abultado en el que no faltan referentes del género y en el que también se adivina una preclara intención en la creación y conformación de públicos. Vigar apuntó que cabe interpretar el envite como una suerte de adelanto de lo que dará de sí la próxima edición del Festival de Teatro, que promete recuperar entre enero y febrero los esplendores de antaño.

Entre los 96 espectáculos programados (58 para el Cervantes, 33 para el Echegaray y seis para veladas off al aire libre del Ciclo de Danza en otros entornos), y en lo que a teatro se refiere, hay, claro, propuestas de lustre que no necesitan justificación y que esperan el favor del gran público, como La velocidad del otoño con Lola Herrera y Juanjo Artero (6 y 7 de octubre); Cartas de amor con Miguel Rellán y Julia Gutiérrez Caba (5 de noviembre); Muñeca de porcelana, la obra de David Mamet dirigida por Juan Carlos Rubio con José Sacristán (18 y 19 de noviembre); Incendios con Núria Espert y la dirección de Mario Gas (9 y 10 de diciembre) y un apartado especial dedicado al 400 aniversario del fallecimiento de Shakespeare y Cervantes (leit motiv soterrado, digamos, en el cartel general) con obras como La estancia de Chema Cardeña (22 de noviembre), Escrito en las estrellas dirigida por Emilio Gutiérrez Caba (23 de noviembre), Misterios del Quijote de El Brujo (26 y 27 de noviembre) y el Hamlet de Miguel del Arco con Israel Elejalde (17 de diciembre). Todo esto podrá verse en el Teatro Cervantes, donde también acamparán los platos fuertes del renovado Ciclo de Danza, que traerá a Rocío Molina con La Tremendita y sus Afectos (23 de octubre) a modo de compensación de una deuda que se prolongaba ya durante demasiado tiempo y a Israel Galván con La Edad de Oro (29 de noviembre), además del Libertino de Marco Vargas & Chloé Brulé (30 de octubre), entre otros.Citas musicales como las de María Toledo (9 de octubre), La Negra (11 de octubre), Diana Navarro (15 de octubre) y Zenet (27 de diciembre) añaden más leña al fuego, además de la temporada de abono ya anunciada de la Orquesta Filarmónica de Málaga (que pasará a celebrar sus conciertos jueves y viernes, en lugar de hacerlo viernes y sábado como hasta ahora); la temporada lírica que incluye el recital de Ainhoa Arteta y José Bros el 6 de noviembre; y el nuevo ciclo Humoradas, con actuaciones como las de Faemino y Cansado (14 de octubre) y Antílopez (25 de noviembre). A todo esto se añadirá la programación de la próxima edición del Festival de Jazz, que se celebrará del 7 al 13 de noviembre y que tendrá su correspondiente presentación más adelante.

El Teatro Echegaray se reserva algunas otras delicatessen del Ciclo de Danza como Kaspar Hauser. El huérfano de Europa de La Phármaco con la malagueña Luz Arcas al frente (22 de octubre) y dos piezas de Fernando Hurtado: De flor en flor y Confesiones de un primate en el km. 50 (respectivamente el 30 y 31 de octubre). Pero las mayores expectativas van dirigidas a los primeros estrenos del programa de producción propia Factoría Echegaray: Los puercos de Ignacio Nacho (del 28 de septiembre al 15 de octubre), Rama de Thomé Araújo (del 2 al 19 de noviembre) y El proceso de Belén Santa-Olalla a partir de la novela de Franz Kafka (del 23 de noviembre al 10 de diciembre). La programación del Centro de Cultura Activa Pedro Aparicio, que celebrará en octubre la segunda edición del ciclo Anverso / Reverso, también en el marco de la conmemoración a la salud de Shakespeare y Cervantes, se dará a conocer en plenitud más adelante. Y que no falte.

Planes para hacer del Terral un "gran festival de verano"

Con una "sensación agridulce" apuntó ayer Juan Antonio Vigar el balance de la recién clausurada edición del Terral, que reunió en sus conciertos un total de 5.400 espectadores, muchos menos de los previstos (el porcentaje de ocupación del Cervantes se quedó en un 35%, aunque el de los conciertos celebrados en Gibralfaro llegó al 70%). Más allá de las posibles razones de la escasa respuesta del público, Vigar considera que lo que la ciudad está pidiendo no es mero cúmulo de actuaciones sino "un gran festival de verano con artistas de primer nivel". Y la búsqueda de recursos apunta al patrocinio privado. No será fácil. Pero el motor ya está en marcha.