Cultura

Un destello de humanidad

  • Pablo Bujalance presenta hoy en la Económica un volumen que publica El Toro Celeste con dos textos dramáticos, 'Elías' y 'El soñador'

"Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz". Aquellos versos escritos por la poeta chilena Alejandra Pizarnik en Caminos del espejo los podría recitar el protagonista de Elías, uno de las dos obras dramáticas, junto a El Soñador, reunidos en un cuaderno por la editorial El Toro celeste, que hoy presenta su autor, Pablo Bujalance, escritor y periodista de Málaga Hoy en la Sociedad Económica de Amigos del País (Plaza de la Constitución) a las 20:00.

Elías es un hombre mayor, a veces tierno, otras tantas huraño, al que la vida le ha cambiado en cuestión de minutos. Su nieto, un niño pequeño, muere de manera trágica y absurda mientras montaba en una noria. A raíz del tremendo incidente, el anciano cae en depresión. Su psiquiatra le recomienda contar su historia. "Es entonces cuando a Elías, que está perdiendo la vista, se le ocurre grabar su voz en un magnetófono. Él intenta explicar su sufrimiento, comprenderlo, nombrarlo", explica en tono amable Bujalance.

Ese texto, escrito "deprisa, de manera breve", reconoce el autor, fue el mismo que encandiló a la coreógrafa malagueña Nieves Rosales y a su compañía SilencioDanza, que estrenan su adaptación a las tablas -reescrita, ahora sí con más esmero, por Bujalance- bajo el nombre Elías. Ensayo sobre el olvido en la sala Gades el 5 de noviembre. "Nieves me pidió material para un nuevo espectáculo, pero no se me ocurrió que Elías pudiera servirle, porque está pensando para un actor que se sienta y habla. Lo contrario a la danza y al movimiento", admite.

Quien acuda al montaje, en el que se funde lenguaje teatral y dancístico a partes iguales, escuchará la voz en off de José Luis Ortiz Nuevo como Elías mientras Rosales (que ha contado con la colaboración del Premio Nacional de Danza Rubén Olmo en algunas coreografías) baila entre el flamenco y la danza contemporánea, asumiendo el papel de hija del anciano. "Nieves me hizo entender que a través de la danza sí que se puede explicar lo que quiere decir Elías en esas grabaciones, donde el límite lo impone el lenguaje. No es una obra trágica, aunque lo parezca", remata.

La otra obra del volumen, El Soñador, tiene un nexo de unión respecto a Elías: la humanidad. "El protagonista es un androide que intenta venderse ante un grupo de potenciales inversores de la empresa que lo ha creado. Al explicar sus virtudes y emociones humanas el androide duda de si eso le hace ser un humano o no", declara el dramaturgo. Inspirado por el novelista Philip K. Dick -Blade Runner, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?-, el autor malagueño escribió hace tres años este monólogo a propósito de un programa de piezas breves de ciencia ficción, elaborado por la compañía A Telón Cerrado, que se representaron en habitaciones del Hotel Málaga Palacio. "Es una obra política, sobre las consecuencias de la crisis y cómo el horizonte de producción erosiona lo humano, deshumaniza a las personas para convertirlas en máquinas", reconoce el escritor. Cualquier excusa es buena para hacer reflexionar al público sobre los destellos de humanidad que perduran.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios