Pasarela

David Gandy, el hombre que manda en la moda

  • El 'top model' masculino más cotizado se describe como un hombre lleno de defectos y se muestra crítico con una profesión que impone soledad.

Desde que en 2006 anunció un perfume vestido con un minúsculo bañador blanco se ha convertido en el hombre más deseado del planeta y en la primera estrella masculina de una industria donde sólo brillan las mujeres. David Gandy, el top model más famoso del mundo, protagoniza la portada de mayo de la revista Vanity Fair y habla sin tapujos sobre Gisele Bündchen, sobre el alcohol, la soledad, los desnudos y... un flechazo con Michelle Pfeiffer.

Gracias al famoso anuncio de perfume de Dolce & Gabbana hace ocho años, David Gandy (Essex, 1980) pasó de ser un modelo más de catálogos de ropa al top model más famoso del mundo, capaz incluso de cambiar los cánones de belleza sobre las pasarelas: gracias a él volvió el hombre masculino y musculoso después de muchos años de modelos más delgados y de aspecto más infantil. Sin embargo, Gandy se describe como un hombre lleno de defectos y afirma que tiene "una nariz enorme y unas orejas gigantes. Y me temo que son las tres únicas cosas que seguirán aumentando de tamaño". Y añade: "Debes ser una persona muy rara para decir: 'Vaya, ¡soy espectacular!'. O directamente un idiota". Sus ídolos son, al fin y al cabo, estrellas de cine de los 50 que se caracterizaban por su vidas emocionantes y discretas. "Mi idea del hombre-hombre es Steve McQueen. O Paul Newman o Robert Redford. Por la vida que llevaban y las cosas que hacían y decían. Mi concepto de la masculinidad viene de la vieja escuela. ¿Te imaginas a alguno de estos tipos en Twitter?"

Gandy es tan famoso por sus intensos ojos azules como por su cuerpo, que ha mostrado sin pudor en varias ocasiones. Pero él no ve en esos desnudos nada que haya que explicar o justificar. "Nunca he hecho un desnudo frontal propiamente dicho. Siempre hay algo cubierto u oscuro. Creo que somos demasiado mojigatos a veces respecto a esto. Ewan McGregor o Daniel Craig se desnudan a menudo en sus películas y nadie les pregunta sobre ello. Además, esas fotos son artísticas y masculinas. O así las veo yo", dice.

El modelo también habla de su hermana, que está casada con un empresario español y reside en la localidad malagueña Benalmádena: "Cuando allí hay quince grados mi hermana me dice que es un día frío. Mis sobrinos vinieron a pasar la Navidad a Escocia y llevaban tanta ropa encima que parecían muñecos sin articulaciones. Si se caían, rebotaban".

Aunque también es muy crítico con ciertos aspectos de su trabajo: "Lo peor de esta profesión son las ideas cínicas y estereotipadas que la gente tiene sobre tu trabajo. Todo el mundo cree saber mucho sobre moda y antes de que parpadees están dándote lecciones sobre ello". Una profesión que le ha dado algún disgusto en forma de titular, como cuando ciertos tabloides lo enfrentaron con Gisele Bündchen publicando titulares que afirmaban que sus relaciones eran nefastas.

"Nunca dije eso. Básicamente me preguntaron: '¿Eres amigo de Gisele?'. Y yo respondí: 'No'. Mis amigos son gente que conozco desde hace muchos años. Pero no tengo ningún problema con ella. Admiro que haya llegado adonde está y le he preguntado cómo demonios lo ha conseguido". Desde luego desvela aspectos de una profesión que, pese a darle un nivel de vida que le permite coleccionar coches antiguos y relojes de lujo, también le ha llevado a una existencia extraña. "Estoy siempre solo. En aviones, en hoteles... Paso el setenta por ciento de mi tiempo en soledad. Me gustaría reencarnarme en un perro y que mi vida consista en recorrer el mundo mientras la gente me rasca la barriga", sostiene entre risas.

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