Cada vez son más los famosos que se animan a ampliar su familia gracias a la adopción internacional. Pero este gesto de amor hacia los que menos tienen no siempre es un camino de rosas. En muchas ocasiones se ha puesto en duda el procedimiento que se aplica en estas adopciones internacionales cuando quien la inicia es un personaje famoso. Son muchas las voces que dicen que las aportaciones económicas que realizan los famosos al país en el que se tramita su petición de adopción hace que los trámites sean para ellos mucho más livianos. Pero no queda ahí la cosa. En más de una ocasión, la familia biológica del niño adoptado ha salido a la luz pública algunos años más tarde para reclamar su custodia.

Esta misma semana Madonna ha recibido como un jarro de agua fría la noticia de los familiares de su hija Mercy, a la que adoptó en Malawi hace siete años. La cantante ya tuvo que llegar a un acuerdo económico con el padre biológico de su hija cuando iniciaba el proceso de adopción y ahora es la familia de la madre la que sale a la palestra para aclarar que la adopción de la niña, que perdió a su madre al nacer, no tenía carácter definitivo y que tenía una serie de exigencias (como que la menor visitara con cierta frecuencia a sus familiares) que no se están cumpliendo. A Madonna esta noticia la ha dejado totalmente hundida y ya ha dejado claro que volverá a Malawi este verano. Su único objetivo es seguir disfrutando de su pequeña, por lo que hará cuanto esté en su mano para normalizar la situación. Madonna tuvo también problemas con la adopción de su hijo David, también de Malawi, al que estuvo a punto de perder porque su adopción no había seguido los trámites legales, ya que en el citado país sólo es posible la adopción en caso de que se justifique que el adoptante ha vivido en Malawi durante al menos 18 meses. Finalmente, todo se arregló tras la construcción de un hospital por parte de la cantante.

Antes de Madonna, otras famosas como Angelina Jolie o Michelle Pfeiffer también pasaron por ese mismo trance. Pfeiffer recibió la demanda del padre biológico de su hija y estuvo a punto de perderla, lo mismo que le sucedió a Jolie en 2012, después de que la madre biológica de su hijo Pax, al que adoptó en Vietnam, reclamara tener más cerca al niño tras rehabilitarse de su adicción a las drogas y al alcohol.

En otros casos, como el de Isabel Pantoja, es la prensa rosa la que saca a la palestra a la madre biológica para que reclame un acercamiento con su hija y, así, de paso, hacer caja con la noticia.