Mañana movida la que se vivió ayer en el Ayuntamiento de Fuengirola. Alrededor de un centenar de trabajadores municipales se concentraron a las puertas del Consistorio para mostrar su disconformidad con el reparto de la jornada laboral que, al parecer, ha sido planteado por el equipo de gobierno del PP. La protesta, que estuvo encabezada por los sindicatos UPLB y CSIF, fue bastante sonora, ya que los participantes durante dos horas usaron bocinas y pitos.

El malestar de los trabajadores tiene que ver con el reparto de los horarios. Así lo anunció el portavoz de ULPB, Modesto Clemente, quien señaló que, al parecer, el Ayuntamiento ha propuesto que los trabajadores públicos dejen un 10% de sus horas anuales de trabajo "a libre disposición" del Ayuntamiento. En este sentido, Clemente detalló que esto se traduce en que alrededor de 164 horas al año de cada empleado serían administradas de forma libre y que, supuestamente, se les ha ofrecido mantener una serie de días de permiso "a cambio".

"Quieren recortar unos derechos adquiridos, que son esos días, con los que contamos desde el año 1987. Pretenden, amparándose a la reforma laboral, modificar el 10% de la jornada anual", explicó el sindicalista. Además, adelantó que los sindicatos tienen previsto organizar protestas cada martes frente al Consistorio y asistir a los actos a los que acuda la alcaldesa, Esperanza Oña, para mostrar su disconformidad hasta que se logre un acuerdo.

A través de un comunicado, el concejal de Personal, José Ramón Arriarán, respondió que el Ayuntamiento "cumple estrictamente la legalidad establecida por el Gobierno central" y advirtió que no se han realizado despidos ni bajada de sueldos. Es más, afirmó que en un país con casi seis millones de parados "es inaceptable e inmoral que algunos trabajadores pretendan que se les suba el sueldo cada año. "Subir el sueldo, además de ilegal, es insolidario", agregó.