Entre las personas que fuman, el humo del cigarro y sus productos entran en el cuerpo a través de la boca, provocando un aumento de la temperatura en esos tejidos e influyendo negativamente en un gran número de patologías bucales, de manera que sus efectos más tempranos se sufren en esta zona.

La halitosis o el mal aliento, la alteración del sentido del gusto, la aparición de manchas en las encías o el retraso en la cicatrización de las heridas son algunas de las consecuencias más conocidas asociadas al tabaco, además del cáncer oral. "La enfermedad periodontal o enfermedad de las encías está directamente relacionada con el tabaco, y además de afectar a un porcentaje altísimo de la población, sus consecuencias empeoran notablemente en el caso de los fumadores", explica Alfredo Aragüés, dentista y representante del Consejo General de dentistas ante el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.

Aragües ha particpado en unas jornadas celebradas en Murcia diseñadas con el objetivo principal de dotar de nuevos conocimientos y habilidades clínicas a los dentistas en cuanto al abordaje del tabaquismo. La reunión ha tenido lugar en el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Murcia y además, ha contado con la colaboración de la compañía biomédica Pfizer.

Los expertos coinciden y señalan que la salud bucodental de los pacientes fumadores es bastante peor que la de los no fumadores y que las consecuencias del tabaco siguen siendo desconocidas a día de hoy por gran parte de la población. "Los dentistas tenemos conocimiento absoluto sobre los distintos problemas que están asociados al tabaquismo, pero solo tenemos algunas nociones básicas sobre las posibilidades de su tratamiento", afirma Aragües.

Por este motivo, tal y como apunta el especialista,"es muy importante celebrar este tipo de formaciones a los dentistas, no solo de Murcia sino de todo el territorio español, para que puedan ofrecer al paciente fumador el tratamiento que más se adecúa a su problema, mejorando así tanto el pronóstico, como el resultado final".

Solo el 3% de aquellos pacientes que intenta dejar de fumar sin ayuda consigue seguir sin encenderse un cigarrillo 5 años después. Por ello, recibir ayuda por parte de los profesionales sanitarios es fundamental para el éxito final en el proceso de cesación.