La victoria del Unicaja sobre el Baskonia mezcla sentimientos. La pena por no haber contendido hasta el final por un Top 8 que este equipo vale con toda seguridad y la alegría por constatar que se está al nivel que esta instancia de la competición demanda. El equipo de Joan Plaza se va de la competición con dos victorias en dos meneos considerables al Nizhny Novgorod y al Laboral Kutxa, el último atenuado por una reacción postrera vitoriana (93-84). Queda ese regusto amargo de que no era ésta la estación final de este equipo, que tenía una trayectoria más larga. Pero se perdió en aquella remontada sufrida ante el Efes, en ese partido tonto ante el Milán y en el de Italia, en esa proeza no consumada ante el Fenerbahce... En fin, una lección que aprender y aplicar en el cercano desenlace de la ACB y en la próxima Euroliga, que deberá jugarse más allá de lo que decidan los que mandan. En la pista el Unicaja da el nivel sobrado en la la mejor competición continental.

El cuadro malagueño se tomó muy en serio el encuentro. La idea de Plaza caló en el vestuario y de amistoso en clave verde no había nada. Las noticias que llegaban desde Estambul convertían el encuentro en definitivo para el Baskonia, en una impensable oportunidad meses atrás, cuando el equipo vasco trampeó para meterse en el Top 16. Pero se hizo acreedor con mucho coraje de este match ball en el Carpena, pero el Unicaja le arrebató esa oportunidad de pelear por la Final Four ante el Madrid. Es una manera de marcar también el territorio, de decir "soy mejor que tú". Igual hay un duelo en las eliminatorias por el título de la ACB entre los dos equipos. El episodio de ayer saldría a flote. 

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Con dominio desde los primeros instantes, el Unicaja fue mandando por cortas ventajas hasta que Caleb Green colocó dos canastas más adicional de alta escuela para situar la renta en ocho puntos (25-17). Justo ahí falló un contraataque sin oposición y cometió su tercera falta. No obstante, denota cada vez más confianza para atreverse el norteamericano. Al Baskonia le sostenía el eterno San Emeterio hasta que James y Causeur se unieron para empatar el partido con un par de buenas canastas de cada uno (28-28).

El ritmo era del Unicaja, como siempre en esa coralidad que Plaza propugna y que tan bien ha digerido la plantilla. Minutos para Golubovic y para Germán, sin exprimir a ningún jugador en concreto, pero terreno para que cualquiera asuma protagonismo. Un mérito indiscutible del técnico catalán es que los 11 hombres sanos se sienten con una misión concreta. Y en breve llega Vasileiadis para añadir más dinamita al ataque. Dominio al descanso con buenos minutos de Carlos Suárez (43-36).

Y en la segunda parte el Unicaja desplegó sus mejores armas. Con el punto necesario de intensidad y el relajante de la falta de presión, el equipo malagueño bordó el baloncesto para desarbolar al Baskonia. Extendió la diferencia hasta los 15 puntos con Toolson y Kuzminskas bastante enchufados (59-44). El Baskonia se intentaba sostener con los chispazos de sus bases de posición y altura, que no de cualidades. Pero otro arreón malagueño dejó el partido visto para sentencia (80-63). El espléndido Causeur llegó a rebajar a ocho puntos a falta de dos minutos y medio (85-77), pero Stefansson templó con un triple. El Unicaja demostró que es mejor, a día de hoy, que el Baskonia. Pero queda ese mal sabor de tener potencial y trabajo para estar en el Top 8 y no haberlo conseguido canalizar. Otro año será.

Ficha técnica

93 - Unicaja (20+23+27+23): Markovic (3), Suárez (8), Toolson (17), Thomas (9), Golubovic (6)- cinco inicial- Gabriel (2), Granger (15), Karahodzic (2), Kuzminskas (9), Vázquez (3), Stefansson (8) y Green (11).

84 - Laboral Kutxa Vitoria (16+20+23+25): Adams (12), Causeur (21), San Emeterio (16), Shengelia (9), Iverson (6)- cinco inicial- James (9), Tillie (8), Begic (3) y Hansbrough (0).

Árbitros: Pukl (SLO), Sahin (ITA) y Foufis (GRE).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada del Top-16 de la Euroliga disputado en el Palacio de los Deportes, José María Martín Carpena ante 5.500 espectadores.