Unicaja

Insaciable Carpena

  • Ambiente de gala en una Supercopa que abre el curso y confirma la pujanza del Unicaja de Plaza y su matrinonio con la afición Málaga nunca celebró una victoria local en este torneo

"Día de partido...". Con este mensaje amanecía Edwin Jackson, muy activo en redes sociales. Anunciaba una Supercopa Endesa que escenificaba, por fin, el regreso del baloncesto al Carpena. El Palacio malagueño se fue de vacaciones con el estómago lleno tras ver a su equipo rozar las finales de ACB. Pero el verano, pese a todos los placeres que regala, se hace largo. Como cuando de niños volvían las ganas de ver a los compañeros de pupitre. Así se encontraba el Carpena ayer, con inmenso hambre de baloncesto. El basket tiene en Málaga un vivero que cuidar. Gran parte de esas ganas hay que atribuirlas al trabajo de Joan Plaza, que inicia su tercer proyecto al frente de la nave cajista.

Suele ocurrir en la Copa que el primer encuentro, aquel en el que no participa el anfitrión, no es el más concurrido. El Carpena, sin embargo, permaneció lleno casi desde el primer segundo. No hubo demasiada chicha en el Gran Canaria-Barça, pero la parroquia malagueña respondió. Ya día antes había agotado las 10.000 localidades que se pusieron a la venta.

Tras el aperitivo de las 19:00, no eran ni las 21:00 cuando saltaron los de Plaza a calentar y el Carpena se puso por primera vez de pie. Los prolegómenos estuvieron a la altura de la Supercopa. En el salto inicial, el Palacio ya era un hervidero. Ciertamente, se colaron bastantes aficionados del Madrid, así como antes del Barça, pero tras aplausos a canastas de Llull irrumpieron atronadores gritos de "¡Málaga, Málaga!" que silenciaron cualquier tipo de reducto blanco. Fue tras el primer tiempo muerto del encuentro y después de que el Unicaja le diera la vuelta al marcador (15-12) con canastas de Thomas, Markovic y Hendrix.

El Carpena desde entonces fue un vendaval, con canto del himno incluido. También hubo recuerdos para los árbitros con un sonoro "¡Así, así gana el Madrid!". No hizo falta extenderse en las protestas porque, como demandaba Plaza, el Coyote atrapó por una vez al Correcaminos. "Somos el Coyote", rezaba una pequeña pancarta en la grada. Así fue. El tercer cuarto llevó al clímax a la parroquia cajista. 20 puntos de diferencia (70-50, tras mate de Hendrix) lo valen.

Fue noche grande, como se comprobó de principio a fin. Hasta la ola se hizo. La despedida a los chicos de Plaza fue la de una afición entregada e ilusionada con que, este año sí, puede ser el de romper con la hegemonía de los gigantes blanco y azulgrana.

Precisamente de azulgrana volvió Abrines a la que fuera su casa. El Carpena sigue sin perdonarle su fuga. Cada punto y cada acción fueron acompañadas de silbidos. También se los llevó Rudy aunque éste no jugó. Apenas bastó que apareciera su rostro en el videomarcador para recordar que es non grato.

Y hoy hay más. Concurso de triples y final. De las tres veces que se celebró la Supercopa en Málaga ninguna de ellas se quedó en tierra. El Unicaja de Plaza lo tiene a tiro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios