El primer paso para escapar de una situación de emergencia es asumir en qué punto se transita. El Unicaja se encuentra sin confianza, despojado de jugadores importantes por problemas físicos, como Markovic y Hendrix, el base y el pívot. Ayer se añadió Jamar Smith, en una desafortunadísima lesión al pisar un balón en el calentamiento que le puede dejar varias semanas fuera. Digerido que hay bajar al barro y pelear cada rebote y cada defensa con el alma se disculpa que en ataque no se tenga clarividencia. El Unicaja se agarró a las esencias de la era Plaza para arrancar un triunfo importante en La Laguna (57-64). El brillo queda para otro día. Pero igual en unos meses se recuerda que fue en el Santiago Martín, donde había un ambiente carnavalero, donde el Unicaja se reencontró a sí mismo y pintó una raya en el suelo.

La inestabilidad de este equipo aconseja prudencia a la hora de dictaminar. Así que habrá que esperar a próximos partidos para vislumbrar cuál es la tendencia. Pero ayer se vio a un Unicaja "estricto y serio", como le definió su entrenador. Sendas cualidades se dan por sentadas en los equipos de Plaza pero no las ha exhibido con continuidad el equipo malagueño en esta temporada 2015/16 que amenaza con irse con más pena que gloria. Hay tiempo aún para virar la situación, cada vez menos, y escapar de la peligrosa mediocridad. Cuando la situación es delicada se celebran más las buenas noticias. Por ejemplo, un partido, al fin, serio y completo de Fran Vázquez. No se recordaba el último. Sin alharacas, sin mates ni puntos a discreción. Pero con un impacto notable en los dos aros. Capturó rebotes (nueve, su tope de la temporada), fue activo a la hora de desviar tiros. No perdió balones sencillos ni le arrebataron de las manos los balones divididos. Una versión normal de Fran, un jugador del máximo calibre continental en su posición cuando ha estado en óptimas condiciones físicas y mentales. Ahora no es ese Fran, pero se le necesita como el comer. Con él, otro producto de Los Guindos, Alberto Díaz, máximo anotador del partido (12 puntos), con canastas de las de verdad. En el primer tiempo para cimentar un liderazgo que el Tenerife amenazaría después. En el cuarto final, con un triple que antes no se atrevía a lanzar y que fue decisivo para el despegue definitivo. No sale en los papeles las defensas, las ayudas, el pegamento en los dos lados de la pista. Le queda mucho por delante y por crecer, pero no parece Alberto ese tipo de jugador que se vaya a conformar. Mete ahora canastas que no se esperaban en el catálogo.

Como Alberto y Fran, sólido partido de Thomas en el rebote (otros nueve), Kuzminskas metió 10 puntos tras el descanso, Nedovic y Jackson, con sus cortocircuitos, dieron puntos cuando hacían falta en un duelo en el que costaba mucho anotar... En fin, se valora dejar a Sekulic y Richotti en uno y siete puntos cuando promedian sobradamente la decena. Y reducir en una veintena de puntos la producción habitual del rival es crédito para un Unicaja que nunca dejó de mandar en el marcador, apenas le empató el Iberostar, desde que en el segundo cuarto tomara las riendas (13-13 tras 10 minutos). Ahí se dejó notar la mano de Alberto Díaz, con nuevos registros. Canastas a final de posesión, descaro para entrar a canasta, capacidad de anotar un triple después de no haber tocado aro en uno anterior. El partido se movía en parámetros de pocos puntos (25-30 al descanso).

Ficha técnica:

57 - Iberostar Tenerife (13+12+21+11): San Miguel (7), Richotti (7), O'Leary (6), Abromaitis (4), Sekulic (1) -inicial-, White (5), Beirán (10), Jones (8), Arco (5) y Hanley (4)

64 - Unicaja Málaga (13+17+18+16): Jackson (8), Nelson (8), Kuzmiskas (10), Thomas (5), Vázquez (6) -inicial-, Alberto Díaz (12), Dani Díez (5), Nedovic (8), Cooley (2) y Suárez (-).

Árbitros: Arteaga, Guirao y Rial. Eliminaron por faltas a Jackson (min. 40) y San Miguel (min.40).

Incidencias: encuentro disputado en el Pabellón Insular Santiago Martín, ante 3.712 aficionados, según datos facilitados por el club.