El Unicaja va a tener muy complicado reforzar el equipo para paliar la baja de Jamar Smith. Los gastos imprevistos que el club ha sufrido durante la temporada han diezmado la caja del club de Los Guindos. Por ello, la dirección deportiva rastreará el mercado en busca de un jugador que, como se suele decir, sea bueno, bonito y barato. Hasta el momento, los ofrecimientos que ha recibido el secretario técnico Carlos Jiménez han sido desechados.

Que sea difícil no significa que sea imposible. El club no le ha negado a Plaza la posibilidad de traer un nuevo fichaje, pero sí ha alertado del poco margen de maniobra que tiene. Los fichajes de Jack Cooley y DeMarcus Nelson, además de los gastos extra que suponen viajar en vuelo chárter a Belgrado y Zagreb, obligan a Carlos Jiménez y Manolo Rubia, director de las operaciones, a hilar muy fino. Precisamente, ayer se pudo ver a Rubia charlando durante varios minutos con Joan Plaza al término de la sesión de entrenamiento matinal.

Otra duda es, en el caso de fichar, qué posición sería la elegida. Si el club se decidiera por un base, la próxima recuperación de Markovic dejaría una plantilla formada por cuatro, además de un Nedovic que en las últimas fechas ha jugado más de escolta que dirigiendo al equipo. Esta circunstancia puede hacer que en las oficinas cajistas se fijen en un interior, dejando la amenaza exterior a Jackson y al propio Nedovic. Lo cierto es que desde el club afirman que cualquier posibilidad está abierta a estudiarse siempre y cuando cumpla con unos obligados requisitos económicos.

El Unicaja tiene tiempo para tomar una decisión, pero no demasiado. De hacer algún movimiento debe realizarlo antes del próximo 24 de febrero, día en el que se cierra una nueva ventana para inscribir jugadores en la Euroliga. La cuenta atrás en los despachos de Los Guindos ha comenzado y quizá los encuentros de esta semana ante Fenerbahce y Fuenlabrada precipiten una decisión que, a día de hoy, no está para nada decidida.