Liga Endesa

El Madrid retrata (62-88)

  • El Unicaja aguanta tres cuartos al Real, pero se desfonda en el último. El buen momento del rival recuerda que para progresar en el 'play off' se necesitan más argumentos.

El marcador fue demasiado contundente. Perder en casa por 26 puntos (62-88), la peor derrota en el Carpena de la era Plaza, es desagradable. Pero ha habido partidos peores este año en Málaga. Más de uno y de dos. El Unicaja, que mandaba en el partido mediado el tercer cuarto tras un fulgurante arranque tras el descanso (47-43), acabó dimitiendo del encuentro. Se le hizo largo, encajó un parcial de 7-28 en el cuarto final y ello afeó un partido más que digno hasta entonces. El duelo también retrató las carencias que acucian al Unicaja, que se han disimulado bien en los dos últimos meses con esa secuencia de victorias pero que no se han evaporado. El Madrid ejerció de fotógrafo para retratar al equipo malagueño. Le sacó las costuras y las arrugas. A tres partidos del play off, para ser competitivo hay que mejorar bastante aún. Seguramente los que estén den el tope que tienen. Markovic y Smith sanos le podrían dar otra dimensión al bloque. Habrá que ver durante esta semana si se pisa el acelerador para integrarlos.

 

El Unicaja evidenció problemas en la posición de base. Nelson estuvo superado y Alberto Díaz cumplió como suele. Pero ante dos Top 5 de Europa en el puesto como Sergio Rodríguez y Sergio Llull chirría demasiado la pareja y se echa en falta a Markovic sobremanera. Los Sergios hacen destrozos a cualquier pareja de bases del continente, tampoco es una novedad, pero cuando no se les ataca y no se genera ventaja es complicado producir canastas fáciles. La iluminación de Kuzminskas en el primer cuarto, con cuatro triples sin fallo y 14 puntos, permitió seguir en el encuentro (18-19), pero rápidamente se vio que no había demasiada fluidez. La entrada de Nedovic ofreció una alternativa para la anotación. Entre los dos acabarían con 33 de los 62 puntos del equipo. Pero si, por ejemplo, el jugador más en forma del equipo sólo puede tirar cuatro veces a canasta y en un par de ellas forzado es que algo no funciona. Poner el balón en manos de los interiores es labor de los exteriores. Ni Nedovic ni Kuzminskas son grandes generadores de juego. Y ni Díaz ni Nelson tienen capacidad de desborde para, a estos niveles de exigencia que pone el Real Madrid, hacer daño. 

 

Hay que concederle al equipo blanco que está a un nivel mejor del que ha ido en el resto de la temporada. Con Rudy ya a niveles productivos altos en los dos lados de la pista, con un punto más de frescura superior a la imagen doliente que ha ofrecido durante la temporada, jugando finales de manera constantes. Y hay que admitir que a su mejor nivel, o cerca de él, el Madrid es inabordable para un equipo malagueño que está mejor respecto a su versión más depauperada pero que aún no puede mirar a los ojos a los más grandes. En esos momentos de dificultad para anotar, el Madrid bordeaba los 10 puntos de renta (34-43 al descanso) y sólo la disminución del ritmo anotador visitante permitió llegar vivo al descanso.

 

Tras el paso por los vestuarios irrumpió un torbellino vestido de verde. Los mejores minutos del Unicaja, un parcial de 13-0 en un parpadeo, justo cuando se pudo correr y generar canastas fáciles. Se aumentó el nivel defensivo a altas cotas y ello repercutió en la anotación. Se vio a un Fran Vázquez influyente en el partido, con presencia. El Madrid parecía desbordado, pero el Unicaja no supo templar el partido cuando dominaba (47-43). Se vio fácil en ese ritmo de vértigo y perdió varias bolas, no le dio tiempo a hacer dudar al Madrid porque los blancos respondieron con 0-11 culminado por un lejano lanzamiento de Sergio Llull. Apenas paladeó la ventaja el Unicaja. Se vio otra vez con la necesidad de remar río arriba, aunque le dio tiempo para llegar con vida al final del tercer cuarto (55-60).

 

Pero ante esa dificultad para no sólo anotar sino para tirar cómodamente, el Unicaja empezó a hacer la guerra por su cuenta. Hayes atacó el aro sin suerte, el Madrid le bajó a un nivel más real sobre su capacidad e hizo a Plaza añorar a Smith. Puede parecer cruel juzgarle por un partido después de haber dado un rendimiento acorde a las mejores expectativas de un temporero, pero ahora hay que subir un 8.000 y parece complicado con él de guía. Nedovic también perdió la brújula. Oyendo la rueda de prensa de Plaza parecía que señalaba directamente al serbio al diseccionar el encuentro. Y el Madrid quiso hacer sangre, vencer en una pista en la que suele sufrir y ganar confianza de cara al final de la temporada. El Unicaja agachó la cabeza y aceptó el sopapo en maneras poco habituales en los dos últimos meses. No se rebeló y lo acató. 

 

Quedan tres jornadas, la primera en la pista del ya descendido Gipuzkoa. Sólo ganó en cinco partidos el cuadro donostiarra. El Madrid se encargó de recordar que para ser competitivo, el Unicaja debe mejorar en estas tres semanas antes del inicio de las eliminatorias.

Unicaja (18+16+21+7) 62:

Díaz 6, Hayes 2, Kuzminskas 18, Thomas 4 y Vázquez 6 -quinteto inicial-. Jackson 0, Okouo 0, Díez 0, Suárez 5, Nedovic 15, Nelson 0 y Cooley 6.

Real Madrid (19+24+17+28) 88: Sergio Rodríguez 10, Rudy Fernández 15, Maciulis 3, Thompkins 9 y Ayón 8 -quinteto inicial-. Nocioni 0, Reyes 7, Carroll 20, Lima 6 y Llull 10

Árbitros: Jiménez, Cortés y Caballero. Sin eliminados

Incidencias: 31ª jornada de la Liga Endesa 2015/16. 10.524 espectadores en las gradas del Martín Carpena.

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