Unicaja

Rudy sentencia a 'Kuza'

  • El lituano comienza el encuentro de manera excelsa, pero el madridista ayuda a decidir la victoria blanca. Entre ambos anotaron nueve triples.

El duelo previsto entre Rudy Fernández y Mindaugas Kuzminskas se hizo realidad desde las primeras jugadas del partido. En la inicial, el mallorquín anotó un triple para poner la primera ventaja merengue en el marcador. Acto seguido, el lituano devolvió la igualada desde la larga distancia. Ahí comenzó un recital de acierto desmedido, que le llevó a clavar los cuatro triples que intentó. 12 puntos acumulaba el Unicaja, los mismos que Kuza.

El madridista cayó en el juego del cajista, aunque el primero de forma más precipitada. Buscó lanzamientos escorados y con una posición nada adecuada, aunque encontró a Lima en las alturas para que el ex del Unicaja machacara el aro. No hubo más en el primer cuarto que dos tiros libres para Kuzminskas, que se comió el corte de Thompkins en la última jugada y eso dejó al Madrid con una mínima ventaja.

Poco le aguantó el fuelle al rubio del Unicaja, que cedió su puesto a Díez a los pocos minutos del segundo cuarto. El Carpena, encendido, brindó una merecida ovación directamente proporcional al talento del lituano. Antes de sentarse, Kuzminskas dejó una puerta atrás maravillosa para la canasta de Nedovic. Como en una partida de ajedrez, Laso dio descanso a un Rudy ansioso. Los minutos pasaron y el Madrid se marchaba, lo que llevó a Plaza a echar mano de nuevo del rubio. El atasco en ataque era evidente y Kuzminskas no pudo ayudar a solucionarlo. Lo intentó remontando la línea de fondo, pero se le apagó la luz camino del aro. Así se llegó al descanso, con el Madrid nueve puntos arriba y avisando de lo que todavía estaba por venir.

El descanso pareció apagar al cajista, que se llevó un tremendo tapón de Nocioni cuando se relamía pensando en el mate. Sin embargo, el actual subcampeón de Europa contribuyó defensivamente a la buena salida de su equipo, que le dio la vuelta al partido. Por su parte, Rudy seguía sin dar con la tecla en ataque, llevando las burlas a la grada con un triple que no tocó ni el aro cajista.

Pero el mallorquín todavía tenía tiempo para clamar su venganza. Tanto él como el Madrid, que reventó el partido en un último cuarto de locos. Ayudó y de qué manera Rudy con una asistencia a Carroll y dos triples estratosféricos que dinamitaron definitivamente el choque. Se vino arriba el madridista, algo muy típico en él, errando otro lanzamiento muy lejano. La ventaja era irrecuperable y se notó en el lenguaje gestual de Kuzminskas, que no desistió en su intento de remontada pidiendo cada uno de los balones. Sin embargo, el que rió el último fue Rudy Fernández.

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