Baloncesto

Málaga quiere la Copa 2018

  • La consecución se encuentra en fase embrionaria, pero las instituciones ya han contactado con la ACB para ver la disponibilidad. Madrid será sede en 2017 y Gran Canaria en 2019.

Málaga fue sede de la Copa del Rey de baloncesto, el evento más lustroso de la canasta patria, en 2001, 2007 y 2014. La secuencia puede acelerarse en esta ocasión. La petición se encuentra en un estado embrionario, pero se ponen las bases para que el Carpena pueda ser en 2018 sede la gran fiesta del baloncesto español. Las conversaciones que se han tenido han sido informales de momento, pero la ACB ya conoce la intención malagueña y siempre es bien valorada. El formato sería el de intervención de las tres instituciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía), como sucedió en las anteriores concesiones, para alcanzar el millón de euros que se precisa de canon para que la ACB acepte.

El mapa de las siguientes copas tiene a Madrid en la siguiente temporada (2017) en la hoja de ruta, así como a Las Palmas de Gran Canaria en 2019. Ninguna de las dos está comunicada oficialmente pero es lo que está hablado. En breve se comunicará lo de Madrid, que albergará la próxima edición. Tampoco tiene sede oficial la próxima Supercopa, que se disputará en septiembre en Vitoria (la jugarán Baskonia, Madrid, Barcelona y Gran Canaria), una semana antes del inicio de la Liga Endesa.

Queda la de 2018 y Málaga está en la carrera. La experiencia ha sido gratificante para la ACB cuando se ha acercado con la Copa o la Supercopa. En el hipotético acuerdo también se puede incluir alguna edición del torneo que abre oficialmente la temporada. Las tres ediciones de la Copa organizadas en Málaga han resultado un éxito. Siempre con la misma final (Barcelona-Real Madrid, con dos victorias azulgranas y una, la última, blanca), pero con afluencia notable de público, comodidad para los visitantes por la infraestructura hotelera y un atractivo reconocido por los estamentos. Eso sí, deportivamente no ha sido muy fructífera para el Unicaja, que en las tres ocasiones quedó eliminado en primera ronda, a manos respectivamente de Real Madrid (2001), Barcelona (2007) y CAI Zaragoza (2014).

El canon que hay que pagar a la ACB, en torno al millón de euros, se compensa con el retorno que se produce directa e indirectamente en la ciudad. Según el estudio que publicó el ente a través de la consultora externa Aegis Media, el evento generó un impacto económico en la provincia de casi 21 millones de euros. De ellos, 11, tope en una Copa, fueron ingresos directos originados por el evento -entre el gasto de asistentes, organización, patrocinadores y medios acreditados-, casi 4,5 fueron beneficios generados en medios por la presencia de la marca Málaga y más de 3.4 fueron ingresos para la Hacienda Pública. El valor contingente asignado por los malagueños roza la cifra de 2 millones de euros. En teoría, la compensación es alta por la inversión.

De momento se está al comienzo del camino, pero Málaga puede ser sede de la Copa de 2018.

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