Para ser un buen director deportivo hay que ponerse en todos los escenarios posibles. Una locura que define el ajetreo diario y la cantidad de aristas que puede llegar a tener una planificación deportiva. El nombre de Ignacio Camacho es ahora mismo una ficha de dominó en la de Francesc Arnau. Es intención de la entidad y de Míchel que continúe liderando el proyecto desde la medular. Pero toca estar preparado por si se sale. Y en esa agenda de alternativas aparecen dos nombres subrayados en rojo. Se trata de Dani García y Roque Mesa, que cumplen el mismo rol que el maño en el Eibar y Las Palmas.

Lo cierto es que al centrocampista criado en el Atlético de Madrid se le propuso una mejora de contrato después de que a última hora se rechazara la propuesta del West Bromwich para ficharlo el pasado verano. Desde entonces hasta hoy ha habido más disparidad de criterios que acercamientos. Entiende el Málaga que lo que solicita el futbolista está fuera del rango al que podría llegar el club y los representantes del futbolista se escudan en que la subida salarial partió del propio club como compensación. Dichos contactos continúan en punto muerto, pero paralelamente ha aparecido el fuerte interés de clubes para llevárselos. Que quizá no estén dispuestos a pagar su cláusula de 18 millones, pero que sí pondrían sobre la mesa una importante cantidad. Como el Valencia, que ya lo hizo el pasado invierno y sigue teniendo claro que tanto Camacho como Fornals son una prioridad en su enésimo proyecto de reconstrucción, este de la mano de Marcelino García Toral.

El Valencia tiene subrayado el nombre de Camacho y Fornals para este verano

Toca estar preparado por si se da la situación. De los numerosos informes de alternativas que maneja el Málaga, gustan dos de ellas. Una es la de Roque Mesa, al cual ya se tanteó en previsión de que Camacho se marchara el pasado verano al fútbol inglés. Se trata de un mediocentro de corte similar al maño, si bien es sensiblemente más bajo (concretamente, diez centímetros debido a su 1,72) y tiene mayor llegada al área rival. La temporada pasada irrumpió con fuerza en la élite y de hecho su cotización subió como la espuma, si bien esta temporada su rendimiento ha sido más discreto y se ha visto contagiado también del horrible final de competición de los insulares. Son muchas las novias del teldense de 27 años, que tiene contrato en vigor hasta 2020 y una cláusula de rescisión de 30 millones de euros.

En cuanto al futbolista del Eibar, es uno de los valores que se han puesto en el escaparate tras la gran campaña del conjunto armero, que hasta la semana pasada quemaba sus opciones de agarrar un puesto en la Europa League. El capitán del equipo de Mendilibar sólo se ha perdido dos encuentros esta temporada y ha sido una de las piezas claves dada su regularidad. También definido como centrocampista de corte defensivo, si bien este año se le ha visto un buen manejo del balón a la hora de crear.

Esta alternativa es la más económica. No sólo porque su cláusula es de 8 millones, sino porque acaba contrato en 2018, se ha negado a renovar con el Eibar y el club podría tantear un traspaso más económico para evitar que el próximo año se vaya libre -así vendrá Adrián al Málaga-. Eso también implica que la puja será más complicada, ya que lo pretenden varios conjuntos de la Liga española y también del extranjero. El club está al acecho por si tiene que mover ficha.