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Los guardianes del corcho de Ronda

  • Tres agentes de la Patrulla Verde hacen guardia las 24 horas

José María junto a la tienda de campaña en la que duerme cada noche junto a los patios para almecenar el corcho.

José María junto a la tienda de campaña en la que duerme cada noche junto a los patios para almecenar el corcho. / javier flores

José María, Juan y Vicente son los tres agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Ronda que durante la campaña de saca se convierten en los guardianes del corcho, haciendo turnos de 24 horas durante dos semanas seguidas. Durante muchos años también les acompañó Paco, aunque en esta temporada no puede hacerlo.

Además de ser los encargados de vigilar los patios de almacenamiento y mantener alejados a aquellos que tengan la tentación de llevarse el corcho, también ejercen la labor de fieles pesadores del Ayuntamiento para evitar errores a la hora del pesaje, para lo que la cuadrilla de corcheros también cuentan con esta figura, que la representa este año una mujer, Tania.

"Cada uno es distinto", explican las dos chicas que comparten trabajo con los agentes durante la campaña. En este caso, José María no deja de reconocer que Juan y Vicente son unos cocinillas que no dudan en preparar el desayuno de sus compañeras, hacerles el "cafelito" o preparar algún plato con pimientos del huerto o huevos, mientras bromea con ser el rey de las latas y su capacidad para prepararlas en la improvisada cocina que tiene situada en su campamento, formado también por dos tiendas de campaña (una hace las veces de almacén y la otra de dormitorio) y un salón al aire libre bajo la sombra de dos enormes quejigos. A poca distancia, un depósito de agua con una manguera enganchada a una ducha y un plato formado por varias corchas es el lugar de aseo diario.

Durante unos 15 días este campamento se convierte en su lugar de residencia, alejados de sus familias, pero un entorno natural sin igual en mitad del Parque Natural de los Alcornocales. Además, cada año cambian de ubicación, por lo que depende de la zona las condiciones de vida son diferentes, ya que el Ayuntamiento posee algunas viviendas en la zona que cuando están cerca del patio de corchas hacen las veces de campamento, aunque este año no es el caso.

La jornada laboral se inicia al mismo tiempo que los corcheros, por lo que a las 7:00 de la mañana está junto a sus dos compañeras realizando el pesado del corcho que llega en tractores desde el interior del bosque, un trabajo que hay días que puede prolongarse hasta las 22:00 horas para no dejar trabajo acumulado para el día siguiente. Una vez terminado el trabajo diario toca reponer fuerzas en el campamento e iniciar otra función, la de 'guardián del corcho' hasta la mañana siguiente en compañía de su perro.

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