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De un duelo a vida o muerte a pasar casi desapercibido

  • La visita del Villarreal ha pasado de ser clave para la Champions al posible adiós matemático al objetivo

Lo que iba a ser un partido a vida o muerte, el día D y la hora H desde que se hicieron las cuentas en el Sevilla de dar caza al Villarreal en la cuarta plaza de la tabla ha virado a ser un choque totalmente descafeinado, que ha pasado desapercibido durante toda la Semana Santa y que no ha logrado enganchar al sevillismo.

La culpa de todo ello la ha tenido el pésimo rendimiento del equipo de Gregorio Manzano en el doble desplazamiento a Mallorca y Getafe, en los que los nervionenses sólo han sumado un punto cuando la hinchada esperaba que hubiesen sido seis y que el Villarreal visitara el Sánchez-Pizjuán el Domingo de Ramos contra las cuerdas y en disposición casi de ceder su ventaja.

Dos semanas después, el equipo de Garrido sigue con una distancia considerable, once puntos (57-46), con dos jornadas menos que disputar y, lo que es peor, con unas sensaciones de superioridad sobre el Sevilla en cuanto a estado de forma evidentes. Se contaba con que el equipo amarillo, distraído con su caminar por la Liga Europa, se hubiera dejado muchos puntos en la Liga, pero lo cierto es que sólo tras su enfrentamiento ante el Barcelona (0-1 con gol de Piqué) sólo se fue de vacío en el 5-0 encajado en Valencia.

Así, si en la visita del Villarreal a Nervión había esperanza en que la Champions podía ponerse a tiro, lo cierto es que la única verdad es que la cita sólo le vale al Sevilla en su lucha por la Liga Europa y precisamente puede servir para que el cuarto puesto sea ya casi matemáticamente imposible. Otra derrota de los de Manzano pondría al Villarreal a 14 puntos de distancia con sólo 15 en juego (cinco jornadas) antes de acabar el campeonato. Toda una frustración.

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