Atlético ciudad | sevilla · la crónica

Por su simple y propio peso (2-4)

  • El Sevilla deja finiquitada su eliminatoria contra el Atlético Ciudad gracias a las estrellas que Jiménez decidió no reservar. Los blancos se ahorran así sobreesfuerzos en la vuelta como ante Denia y Ponferradina

Poco lugar dio el Sevilla a la sorpresa en Cartagena, donde Jiménez sacó su mejor nota en un estreno copero. Por primera vez, después de necesitar un partido en la segunda vuelta ante el Denia y la Ponferradina en las dos ediciones anteriores, el equipo nervionense dejó la lápida puesta a su rival tras el primer combate. Un choque plácido para los blancos que no tuvo más movimiento que unos quince minutos escasos en los que el Atlético Ciudad se puso a soñar con muchísimo tiempo por delante después de adelantarse en el marcador al aprovechar un despiste que hubiese sido imperdonable ante un rival con más pólvora y entidad entre sus futbolistas. Luego, en el espacio de un minuto, Luis Fabiano se sonó los mocos de la mejor forma que podía hacerlo. Despejó su resfriada nariz con dos chispazos con los que se pone otra vez en órbita y recupera la alegría. El brasileño respondió al entrenador que lo enfadó en Stuttgart como mejor debe hacerlo, viendo puerta y resolviendo una situación que no debía ponerse muy comprometida, pero que era mejor encarrilar rápido. Los goles de Jesús Navas y Capel, ambos antes del descanso, no eran sino la demostración de que la lógica acompañaba esta vez al equipo de Jiménez, que desde muy pronto tiene claro que esta competición no es para entretenerse en tonterías.

Nadie, ni siquiera el que vio adelantarse al equipo de Julián Rubio a los nueve minutos, pudo temer por la integridad no ya de la eliminatoria sino del partido. Podía uno retrotraerse a aquel Real Madrid-Sevilla en el que el equipo entonces del albaceteño se ponía por delante en el Bernabéu con cuatro pipiolos entre los que se encontraba Loren y que acabó no sólo perdiendo en el centro de la España futbolística sino que descendió a Segunda. Rubio y su fútbol siempre fueron sinónimo de locura, de goles en una portería como en otra de forma tan atrevida en ataque como despreocupada en defensa. Puede entenderse así que el primer tiempo acabara con un marcador como 2-4. El sistema defensivo de ese Sevilla que dispuso Jiménez sin licencia alguna a la sorpresa a la hora de dar las fichas en el acta chirrió en un balón perdido por Luis Fabiano que pilló con el dedo metido en la nariz a toda la banda derecha del sistema defensivo.

El primer gol de Guille Roldán, el hombre que animó toda la primera mitad del encuentro, obligó al equipo sevillista a emplearse a fondo desde ya, desde el pitido inicial casi, poniendo a Romaric, quien a lo mejor se pensaba que su reaparición iba a ser más pausada, a tener que mover el balón con más brío. Quizá en un ambiente más caliente, el Sevilla hubiera sufrido con un rival ilusionado con meterle el susto en el cuerpo a un grande, pero el estadio cartaginense era un témpano para los suyos. Cemento y plástico le ganaban la partida a la humanidad y en esa atmósfera los profesionales se mueven siempre mucho más a gusto que los amateurs.

Bien es verdad que hubo algunos más comprometidos que otros. Si gente como Capel salieron con ganas de demostrar que no están por la labor de conformarse con lo que tienen, otros no aprovecharon tanto la oportunidad que esta competición siempre brinda a los más necesitados de minutos. Kone, por ejemplo, siguió enredado en ese fútbol acomplejado y con el que lo va a tener verdaderamente difícil para esquilmar terreno a los tres magníficos del área en el Sevilla, bien conocidos por todo el mundo que son Luis Fabiano, Kanoute y Negredo. El brasileño no pudo tener mejor regreso tras su ausencia por indisposición ante el Espanyol, dos goles con el mínimo esfuerzo para recuperar tono de cara al próximo encuentro en Jerez de la Frontera.

Faltaba por ver a un Romaric que si no tiene la personalidad para dar un puñetazo en la mesa necesita el empujón necesario. En Cartagena fue un jugador muy necesario que no dio la sensación de estar aislado, como dicen, de la dinámica de la plantilla. A su ritmo, quizá porque el partido lo demandaba, fue un futbolista que dirigió el choque con el criterio que Jiménez le pedía. Al Sevilla le bastaron un par de carreras de Diego Capel, de Jesús Navas y también de Sergio Sánchez mientras jugó de lateral para hacer que la fruta madura cayera por su propio peso. El Atlético Ciudad, pese a que se adelantó, nunca fue un enemigo que amedrentara a los blancos como lo hicieron en años anteriores el Denia o la Ponferradina. En ambas ocasiones necesitó el equipo de Jiménez del respaldo del Sánchez-Pizjuán -con susto incluido en el caso de los alicantinos- para decidir la primera eliminatoria de Copa. Anoche en Cartagena esa inquietud brilló por su ausencia. Ni empató ni perdió como en esas malas experiencias que aún recordará el de Arahal, sino que ganó como deben hacerlo los grandes en situaciones como ésta.

El factor azaroso de este deporte se crece en esta competición a la que la afición sevillista tiene tanto apego, pero se amortigua si en el campo están jugadores como Luis Fabiano, Diego Capel o Jesús Navas, quienes hicieron posible que la segunda mitad fuese un paseo a ritmo de cualquier entrenamiento en la ciudad deportiva. Ése era el efecto buscado. Y ahora, a pensar en otra cosa.

Árbitro: Álvarez Izquierdo H (catalán). Llevó el partido sin sobresaltos.

Tarjetas: Amarillas Dragutinovic (24'), Lolo (39'), Álex Cruz (57'), Fran González (75'), Nacho (74'), Valero (78') y Capel (84').

Goles 1-0 (9') Guille Roldán. Saque de banda que pilla despistada a la zaga sevillista en la derecha y que el punta culmina ante Javi Varas. 1-1 (18') Luis Fabiano. Pase de Sergio Sánchez que despeja defectuosamente Aloisio y aprovecha el brasileño. 1-2 (19') Luis Fabiano. Arrancada de Capel, que centra al primer palo y Luis Fabiano la roza para despistar a Javi Muñoz al otro extremo. 2-2 (22') Guille Roldán. Lolo se deja hacer un autopase y el punta local resuelve. 2-3 (27') Jesús Navas. Robo del palaciego y combinación con Luis Fabiano para el uno contra uno con el portero que resuelve con clase. 2-4 (27') Capel. Centro de Jesús Navas que rechaza Javi Muñoz y machaca el almeriense.

Incidencias: Encuentro de ida de los dieciseisavos de final de la Copa disputado en el estadio Cartagonova ante 4.000 espectadores.

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