Obituario

Un torero de gran calidad artística

  • José María Manzanares ha fallecido a los 61 años, repentinamente, en su finca de Cáceres. El padre del diestro en activo del mismo apodo y nombre fue figura del toreo durante tres décadas del siglo XX.

El matador de toros retirado José María Manzanares falleció este martes en su finca, ubicada en Campo Lugar, un pequeño pueblo de la provincia de Cáceres, a los 61 años de edad. Según el alcalde de la citada localidad, el torero fue hallado sin vida, tumbado en el suelo de una habitación de su vivienda y todo apunta como causa a un fallo cardiaco. Allí pasaba gran parte de su tiempo, una vez retirado de los ruedos. En tierras extremeñas pastaba su ganadería que adquirió en 1993, con reses procedentes de Atanasio y Lisardo Sánchez.

Según un comunicado de la oficina de su hijo, el matador de toros en activo del mismo nombre, José María Manzanares falleció "por causas naturales" y su familia se encuentra sumida en una enorme tristeza por la "inesperada pérdida" del diestro, al que se sentían "muy unidos". Sus hijos Ana María, Yeyes, Manuel y Jose María recordaban al maestro, quien "forma parte ya de la historia más grande de la tauromaquia, pero sobre todo al padre cariñoso y cercano que fue... Nada hacía prever este fatal desenlace, pues el lunes se despidió de su hijo -José María- antes de partir a México, e incluso habló con sus nietos. Estamos destrozados. Se ha ido una gran persona". José María, hijo, quien recibió la noticia en México, donde está anunciado para la corrida del próximo domingo en la Monumenal de la capital azteca, ha volado a España.

José María Manzanares fue durante tres décadas de carrera figura del toreo y torero de toreros por sus extraordinarias cualidades, entre las que destacaron su temple y clase. Su pasión por los toros la heredaron sus hijos José María, actualmente matador de toros en activo y figura del toreo, y Manuel, rejoneador. Entre los apoderados que le representaron a lo largo de su dilatada carrera se encuentran José Barceló, Alberto Alonso Belmonte, Manolo González, los hermanos Lozano, Simón Casas, Paco Dorado y Enrique Patón.

Nacido en el barrio de Santa Cruz de Alicante el 14 de abril de 1953, era hijo del banderillero Pepe Manzanares, de quien heredó el apodo, ya que se apellidaba Dolls Abellán. Vivió desde niño el mundo taurino gracias a su progenitor, quien le impartió las primeras clases de toreo y trabajó en una tienda de repuestos de automóviles antes del inicio de una trayectoria que comenzó de manera fulgurante.   

Debutó de luces en la plaza jiennense de Andújar el 15 de junio de 1969, vistiendo un traje blanco y plata que había sido de Palomo Linares. De inmediato, por su facilidad delante de la cara de las reses, se encaramó en la cima del escalafón novilleril, en un fructífera etapa en la que salió a hombros en su presentación en la Monumental de Las Ventas de Madrid, el 6 de junio de 1971. Fue una época de su carrera en la que compartió muchas tardes con José Luis Galloso.

Tomó la alternativa en su Alicante el 24 de junio de 1971 de manos de Luis Miguel Dominguín, con Santiago Martín El Viti de testigo, con ganado de Atanasio Fernández. Manzanares cortó el rabo al toro de su doctorado. Confirmó su alternativa en Las Ventas el 18 de mayo de 1972, con Palomo Linares de padrino y Eloy Cavazos de testigo.

En la década de los ochenta su trayectoria estuvo salpicada de altibajos y algunos percances y problemas de salud. Así en 1984, tras una cogida en Lima e impactado por la muerte de su compañero Francisco Rivera Paquirri decide abandonar y corta sus contrataciones; o en 1984 padece un padecimiento ciático y termina la temporada antes de lo previsto. Hasta que en 1989 se retiró. Reapareció el invierno siguiente y en 1993 consigue su tercera salida a hombros en Las Ventas, después de trece años sin pasear una sola oreja. Con anterioridad, abrió la Puerta Grande de la calle de Alcalá en 1977 y 1978.

Sin duda -en algunas entrevistas en estas páginas lo relató- sentía predilección por la Maestranza, donde ha sido uno de los diestros predilectos de la afición sevillana. En la plaza de Madrid le costó mucho entrar. Tras una resistencia férrea del núcleo duro de la afición de Las Ventas, consiguió el respeto y cosechó varios éxitos a finales de los años setenta, cuando estuvo varias temporadas en cabeza del escalafón y logró tres salidas a hombros. Otro de los cosos donde cuajó faenas inolvidables fue el de Ronda.

A sus extensas campañas españolas sumaba muchos contratos en América, donde contó con gran cartel en varias plazas de máxima categoría, como en Lima, donde obtuvo el Escapulario de Oro de la Feria del Señor de los Milagros hasta en cuatro ediciones (1977, 1979, 1985 y 1988).

Dentro de ese guadiana en el que se convirtió su carrera y tras una nueva despedida en el 96, aún volvió a torear en la temporada 2000, para retirarse ya definitivamente el 1 de mayo de 2006 en la Maestranza de Sevilla, donde su hijo del mismo nombre le cortó la coleta, le quitó el añadido en una escena muy emotiva que vivió el público de su plaza y hasta una decena de matadores de toros saltaron al ruedo para sacarle a hombros.

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