El ridículo de Yolanda Díaz

La vicepresidenta del Gobierno está en fase de aprender a sorber y soplar a la vez. Le preguntan si va a abandonar el Gobierno y se tira 15´ dando vueltas sin decir nada, o hablando de sí misma en tercera persona, no sé qué es peor. Salen los de Sumar de una reunión con el PSOE y todo son palabras altisonantes sin contenido. Mientras tanto, lo que representó Sumar hace dos años se disuelve a ojos vista: se fue Podemos (por culpa de Yolanda), se va Compromís, se irá Mes y la Chunta, Maíllo mucho chau chau pero nada. El caso es que Sumar tiene que dejar el Gobierno si no quiere mancharse de la misma mierda, es así de sencillo.

Injusticia en Educación

Que vayan a cobrar lo mismo un profesor de la pública y otro de la concertada me parece una injusticia del tamaño del nivel moral de nuestros gobernantes. Para dar clase en el sistema público hay que superar unas oposiciones, para lo que ha hecho falta estudiar mucho. Para dar clase en la concertada basta con ser antiguo alumno, amigo del cura o la monja de turno y cosas así. Que se equiparen los salarios de ambos me parece un disparate.

Aquí no dimite ni dios

España sufrió un apagón de medio día y dos meses después nadie es responsable. La presidenta de Red Eléctrica, colocada allí por el PSOE con el genial argumento de que es amiga de Pedro Sánchez, dice que ella no tiene culpa de nada. El país en medio de un caos ferroviario, recurrente desde hace meses, pero el ministro del ramo, Oscar Puente, tan hablador para otras cosas, ahí sigue como si la cosa no fuera con él. Yolanda Díaz se pone estupenda, pero ni ella ni los suyos se van del gobierno, que como dijo Antonio Hernando en aquel Comité Federal del PSOE "hay que pagar la hipoteca". Y por supuesto, Pedro Sánchez, que nombra responsable del partido de quienes le avisan que son unos malhechores y no hace nada, ese tampoco se va. Fuera del pesebre público hace mucho frío.