Adelaida De la Calle Martín. Consejera de Educación.

"Quiero dejar mi impronta en la Formación Profesional"

  • La consejera de Educación afirma que la Lomce está para cumplirla, aunque sugiere también que si se retrasa su aplicación habrá margen para un cambio de Gobierno y una nueva ley.

-Recientemente, los consejeros de las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE pidieron retrasar la aplicación de la Ley de Educación (Lomce). ¿Por qué?

-Andalucía junto con Canarias, Asturias, Cataluña y el País Vasco se han opuesto a la ley, lo que no quiere decir que una vez aprobada no haya que cumplirla. Eso como primer principio. Pero, además hay comunidades en las que se han producido cambios en los gobiernos y había que hablar de cómo se ve la Lomce, del desarrollo de los decretos en cada comunidad y de la proyección que se debe dar.

-¿Piden, entonces, que se pare por una cuestión organizativa?

-Se pide que se reúna la Conferencia Territorial y la comisión del Senado. Éste es un planteamiento no solo de las comunidades gobernadas por el PSOE. También las gobernadas por el PP tienen dificultades en la aplicación de la Lomce. Pedimos que se retrase el calendario aprobado con la propia ley, cosa, por otra parte, que no es muy normal. A pesar de todo esto es cierto que la ley, mientras no haya un pronunciamiento del ministro y del Senado debemos tener claro que hay que aplicarla.

-A partir de septiembre empieza en primaria, en los cursos impares de secundaria y en primero de bachillerato. ¿Todo sigue, por tanto, sin cambios?

-Tal y como estaba previsto. Es importante dar seguridad. La suerte de Andalucía es que se ha trabajado con mentalidad de aplicación de la Lomce. En secundaria y bachillerato hay un año transitorio para elaborar los decretos de desarrollo. Lo tenemos todo preparado. La aplicación se ha hecho para que Andalucía pueda establecer criterios consecuentes con su pensamiento, características y circunstancias de la enseñanza sin vulnerar la ley, pero manteniendo líneas rojas.

-¿Que son?

-Hay una serie de materias obligatorias que deben impartirse un número determinado de horas y que se mantienen, pero también hay grados de optatividad y características de la propia comunidad en las que se ha trabajado con criterios como aumentar el número de horas o disminuir el número de alumnos.

-A partir de septiembre, ¿en qué se diferenciará un aula de un colegio andaluz de la de otra comunidad autónoma?

-Probablemente en mucho, aunque tampoco he hecho un análisis exhaustivo.

-El nuevo plan de estudios empieza en unos meses y parece que padres y alumnos no saben muy bien cómo irá.

-Nosotros tenemos los programas establecidos, los desarrollos por competencias y la puesta en marcha inmediata tal y como prevé la ley. Eso que quede muy claro. Nos reunimos porque se está creando una dispersión en conceptos, de modo que es mucho más fácil estar en conexión con Finlandia que con la comunidad de al lado.

-¿No quieren, entonces, que se retire?

-Eso lo dirá quien lo tenga que decir: el Congreso. Nosotros lo que queremos es que el calendario de aplicación se retrase para pensar en lo que nos queda de año cómo se puede aplicar la ley manteniendo criterios de homogeneidad y, desde luego, buscando soluciones a aquello que ha sido contestado por todo el mundo, porque, es cierto, es una ley sin consenso y nosotros queremos buscar ese concepto y, al menos, interpretarlo como un pacto nacional y dejarnos ya de vaivenes.

-Y, claro, si mientras tanto hay elecciones, cambia el panorama político a lo mejor podemos ir una octava ley de educación...

-Puede ocurrir. ¿Por qué no? Por qué no vamos a pesar en un cambio, aunque no sea más que por la cantidad de partidos que han aparecido. Yo me imagino que es un buen momento para pensar ese pacto y dejarnos de vaivenes. Quiero pensar en una ley que dure tanto como la ley Moyano.

-La Lomce es la séptima ley que se aprueba en democracia. Cada una da lugar a un debate fenomenal, pero luego suben o bajan las horas de religión, se habla algo de las lenguas cooficiales y grandes problemas, como el abandono escolar o las dificultades en las lenguas extranjeras, se mantienen intactos.

-Claro, pero también hemos solucionado problemas. No hay que ser negativos. Si uno mira Andalucía, el cambio en los últimos años es tremendo. El fracaso escolar está ahora en el veintisiete y pico por ciento, hemos reducido 7,8 puntos desde 2000. Esto es efecto del esfuerzo hecho.

-Lo que no evita que sigamos en una posición muy destacada en España y, a su vez, a la cabeza de Europa en abandono escolar temprano.

-Porque no partimos del mismo punto. Cuando llegué aquí en el 76 el analfabetismo en Andalucía era del 40% y en mi tierra [Palencia, Castilla y León] del 0%. ¿Qué camino ha recorrido Andalucía? Ésas son las preguntas que hay que hacer. Andalucía está haciendo un gran esfuerzo. Había recursos que se repartían a nivel nacional y se han quitado de un plumazo con los recortes, pero Andalucía los ha asumido. Es el caso de los libros de texto, del refuerzo contra el fracaso escolar o el transporte escolar. Estas actuaciones dependían de unos fondos del reparto territorial que Andalucía ha asumido ahora y otras comunidades no.

-¿Se replantean cuestiones como la gratuidad de los libros para todos los alumnos sin excepción?

-En absoluto. Todo está ya organizado con las editoriales.

-La editoriales amenazan con demandar a quien retrase la Lomce.

-Sí, pero lo que queremos es el retraso del calendario y, vuelvo a insistir, en septiembre empezaremos con lo que tenemos, por favor, que no cunda en ningún momento el desamparo, porque no lo hay. Está todo normalizado.

-La memoria económica de la Lomce contempla 408 millones que debe aportar el Gobierno y 927 las comunidades autónomas en tres años. ¿Suficiente?

-Completamente insuficiente. Es una ley que nace sin financiación y después se ha reorganizado... Mira, menos calendario y más financiación en las leyes.

-Usted ya vivió una ley a coste cero en la universidad...

-A coste cero no, a coste menos 20%, por eso digo que las leyes tienen que nacer con financiación, se pueden decir cosas maravillosas pero inasumibles si no hay capacidad económica. Éste es un esfuerzo añadido a las comunidades y, sobre todo, a una comunidad como Andalucía a la que no solamente no le dan, sino que le quitan, ahora mismo 265 millones. Sólo dos comunidades autónomas tenemos que devolver dinero del plan de financiación de 2013. Llevamos perdidos 3.000 millones y pico. Cumplimos todos los criterios de déficit y deuda, pero eso no se dice, cuando yo misma me asombro cuando compruebo el enorme esfuerzo que los andaluces y andaluzas hacemos.

-¿Cómo encaja tener que mantener el concierto con los colegios que segregan por sexos?

-Lo entiendo como uno de los problemas que tiene la Lomce que admite este tipo de formación diferenciada en pleno siglo XXI. En un momento como el actual no tiene sentido la educación diferenciada porque educamos a nuestros hijos y a nuestras hijas en el mismo ámbito dentro de la familia y, por tanto, fuera debería ser igual. No estoy hablando de política, sino de comportamientos sociales.

-¿La política de conciertos educativos se va a mantener?

-Hay 4.600 centros públicos y 1.400 concertados. En este momento tenemos las necesidades cubiertas y la oferta está muy bien equilibrada. Hay que hacer un análisis detenido de los conciertos no para aumentar o disminuir de número, sino para mirar muy bien las enseñanzas que imparten. Quiero hacer un gran esfuerzo por potenciar la Formación Profesional, debemos quitarnos complejos.

-Revitalizar la Formación Profesional es como el pacto por la educación, algo de lo que siempre se habla y nunca llega...

-Por eso habrá que trabajar. A mí me da mucho gusto que haya un campo donde poner mi impronta.

-¿Qué hace falta para que se respete la Formación Profesional?

-Tener la seguridad de que esta trayectoria es válida para llegar a la universidad. En ese momento se romperán barreras.

-Pero ya hay puentes y pasarelas...

-Pero son de reconocimiento, no dan acceso a un título universitario desde la FP, a lo que llamo un diploma intermedio, que tenga reconocimiento dentro del grado, de manera que con los créditos que cursados en FP más los créditos del diploma intermedio se cubra el equivalente de 120 créditos de grado. Éste es un camino posible que hay que diseñar porque no está hecho.

-¿Parecido a lo que eran las escuelas politécnicas?

-No exactamente porque las politécnicas impartían títulos de tres años. Es otro concepto.

-¿Tener un tejido industrial tan débil no juega en contra de la formación profesional?

-Debemos ser muy realistas cuando diseñemos la FP para hacerlo de acuerdo con los entornos. La formación no puede ir por un lado y el desarrollo económico por otro. Tienen que estar más pegados. Trabajamos en una ley de formación profesional en la que estos aspectos faciliten la diferenciación de los centros, tanto de FP básica como modular, y no te digo en el nivel del diploma intermedio con el que yo sueño, que generaría en las universidades una clara diferenciación. Esto que se dice de que todas las universidades son iguales y dan lo mismo, pues aquí, en esto que es nuevo es donde tenemos que ser muy realistas de modo que, probablemente, Córdoba y Málaga, por ejemplo, no deban dar el mismo diploma intermedio porque son diferentes entornos.

-¿A ver si al final la especialización universitaria viene de la mano de la formación profesional?

-Pues sería importante. Sería una manera de crear un camino.

-¿Éste será por tanto el marchamo de su paso por Educación?

-Tanto como marchamo... pero sí mi impronta.

-Otro asunto que colea de largo en educación son las aulas prefabricadas...

-Hay un compromiso por parte de la presidenta para pasar en esta legislatura del 0,04% de estas infraestructuras que existen en todo el territorio andaluz, y hablamos de un país más grande que Austria, al 0,02%.

-¿Esto significa pasar de 50 a 25?

Más o menos, porque, entre otras cosas, hay muchos centros en los que se han puesto este tipo de infraestructuras y nos piden que permanezcan porque son de alta calidad. Vamos a ver, si hacemos un estudio comparado con lo que pasa por el mundo siempre parece que América, y me refiero a USA, es modélica y estamos hartos de ver películas americanas y decir qué casas más maravillosas tienen... Y son prefabricadas

-¿Esta Consejería es un pago de favores?

-¿Qué favores he hecho yo? Alguien ha pensado que puedo hacer algo por Andalucía y por la educación en Andalucía y yo, que ya he escrito el libro, plantado el árbol, y he tenido hijos y nietos he decidido seguir este camino porque creo que le debo muchísimo a Andalucía y se lo voy a dar aquí. Si fracaso, quien fracase será Adelaida de la Calle, nunca habrá fracasado un Gobierno.

-Después de tres mandatos como rectora y más de 40 años de trayectoria universitaria, ¿no ha tenido la tentación de dar un paso atrás y pasar a una actividad con menor exposición?

-Había pensado terminar mi mandato, irme a mi facultad, culminar tres años más en la docencia y la investigación y jubilarme. Dedicarme a mis nietos, que me encantan, a mi vida personal y seguro que siempre tendría que atender algún tipo de conferencia o charla... Sí que lo había pensado, pero cuando me llamaron y me dijeron esto, pues los esquemas se te rompen, te dices, yo podría hacer algo...

-En un Gobierno sin mayoría, un asunto tan candente como la educación no es un reto menor.

-Cada opción que he tomado en la vida ha sido un reto y este es otro más.

-¿Le gustaría que siguieran en Educación las competencias sobre las escuelas de hostelería La Cónsula y La Fonda?

-No. Nunca ningún tema de otra consejería me va a ser ajeno. Nosotros trabajamos en equipo y la ventaja es que uno asume sus propias competencias, pero también las de los demás. Yo siempre he sabido trabajar en equipo. Eso me lo ha dado mi formación universitaria e investigadora.

-¿Se deja alguna espinita clavada en la UMA?

-He tenido varias fases. En la primera quería conectar la universidad con la sociedad, que no se nos viera como una torre de marfil y parece ser que lo conseguí. Luego quise poner la Universidad de Málaga a nivel nacional y tuve la ventaja de ser presidenta de la CRUE [Conferencia de Rectores de España], y ahora estaba trabajando en la internacionalización. Me gustaría que el campus de excelencia Andalucía Tech hubiese tenido más financiación y reconocimiento a nivel nacional. Se ha tenido que hacer casi a pulmón, pero está sembrado, solo falta que florezca. Estoy convencida de que va a dar frutos.

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