Marinaleda

Sánchez Gordillo opta por ser edil raso en Marinaleda y seguir como diputado

  • El líder de la CUT renuncia a la Alcaldía después de 35 años por la incompatibilidad de los cargos, pero no se irá del Ayuntamiento. La teniente de alcalde Esperanza Saavedra le relevará.

Los que simpatizan con Juan Manuel Sánchez Gordillo (IU), alcalde de Marinaleda desde 1979, en las primeras elecciones de la recuperada Democracia, afirman que ha tardado en aclarar si deja o no su escaño en el Parlamento andaluz o sigue al frente del Ayuntamiento porque es una decisión meditada. Sus detractores tienen claro que el veterano líder de la CUT ha manejado los tiempos y logrado de nuevo presencia en los medios, esperando al límite -este miércoles expiraba el plazo- para cumplir con la Ley Electoral andaluza, aprobada en vísperas de los comicios autonómicos con la abstención de IU, que estableció que ser alcalde y diputado autonómico es ahora incompatible, algo que ha confirmado el Tribunal Constitucional. 

El caso es que el regidor formalizó este martes sendos escritos en los registros del Ayuntamiento y la Cámara andaluza. En ellos, da cuenta de su renuncia a la Alcaldía de la localidad, no a su acta de concejal. La ley electoral nada dice de que un edil raso no pueda ser diputado y cree que así cumple con quienes le votaron, en ambos casos. Seguirá en el Pleno y controlando el devenir del municipio de la Sierra Sur, con 2.800 vecinos y que medio mundo liga a su figura y a un sistema económico, político y social que parecía una excentricidad en los años de bonanza y que algunos intentan traer a colación en la nueva coyuntura. Entre ellos, la propia CUT, integrada en IU, y el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), con el mismo origen, pero que ha adquirido proyección en otros ámbitos, como el universitario, y se ha implicado en los círculos de Podemos. 

En Marinaleda, la vara de mando la tomará ahora, según se ha apuntado, Esperanza Saavedra. Es la primera teniente de alcalde y la persona que le ha sustituido en algunos de los plenos de los que Sánchez Gordillo se ha ausentado por los problemas de salud que arrastra pero que, según fuentes consultadas, no le han hecho pensar, a sus 65 años, en retirarse. 

En los escritos en los que da cuenta de su decisión, el edil deja claro que renuncia a la Alcaldía por "imperativo legal". "En el momento actual puedo servir mejor a los intereses del pueblo de Marinaleda y del pueblo andaluz desde el cargo de parlamentario", aunque ambos cargos, el de alcalde y diputado, son "perfectamente compatibles", dice, como cree que ha demostrado en las legislaturas (de 1994 a 2000, en la que acaparó titulares porque no se dio cuenta que cobraba su sueldo de maestro y el de diputado, y desde 2008 hasta ahora), en las que ha servido a su pueblo y a los andaluces con "honradez y como mejor he sabido". La decisión personal de Sánchez Gordillo contrasta con lo que la propia dirección de IU en Andalucía y el grupo parlamentario hubieran preferido: que dejara la Cámara, para favorecer un trabajo que no es fácil con una figura de indudable tirón -repitió como cabeza de cartel por Sevilla en 2012- pero que va por libre. 

Sánchez Gordillo es el único alcalde sevillano que ha permanecido ininterrumpidamente en el cargo estos 35 años, refrendando por mayorías absolutas y logrando que IU se impusiera en todas las elecciones que se celebraban en su pueblo, una excepción en una provincia que en generales y autonómicas ha votado al PSOE. 

Su decisión de seguir en el Parlamento le impedirá además ser candidato a la Alcaldía en las elecciones municipales de mayo de 2015, ya que no se espera que las autonómicas lleguen antes, aun cuando haya un adelanto. Será la primera vez en 36 años en los que no repita como cabeza de cartel ninguno de los alcaldes de la hornada del 79. Junto a Sánchez Gordillo sigue en activo pero como concejal Manuel Ruiz Lucas, en Castilblanco de los Arroyos, quien ha anunciado que no irá en las listas. El alcalde que tomará el relevo en el ranking de los veteranos es Francisco Toscano (PSOE) en Dos Hermanas, nacido el mismo año que Sánchez Gordillo, 1949, y alcalde desde 1983.

Una "estrategia" para un modelo de éxito 

Sánchez Gordillo deja la Alcaldía de Marinaleda 35 años después con una mayoría de nueve concejales de once. El PP sólo sacó un efímero edil en 1999. Los otros dos son del PSOE. Su portavoz, Mariano Pradas, se enteró por la prensa de la decisión del alcalde. "Es una estrategia: seguirá en el Parlamento con un buen sueldo y manejando la Alcaldía", valoró. 

 

La realidad de las urnas hacía que casi todos descartaran su marcha de Marinaleda. No era un asunto que se hablara en el pueblo, pese a que la Ley Electoral ya obligó a otros alcaldes, como el de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), a elegir entre el Consistorio o el Parlamento. Hacer un perfil de Gordillo en este punto y aportar algo nuevo, es difícil. Si acaso cabe reseñar que, pese a esa otra realidad de Marinaleda que la proyecta -la ocupación y expropiación de la finca del duque del Infantado, la Cooperativa del Humoso; casas a precios irrisorios que se construyen los vecinos pero que, para evitar la especulación, no pueden escriturar; el reparto del trabajo; asambleas, domingos rojos de trabajo comunitario-, el Ayuntamiento no se libra de los problemas del resto cuando no llega el dinero como antes. En su caso, las subvenciones que nutrían el presupuesto. Está entre los más endeudados, en el sexto puesto de 105 municipios sevillanos: 1.020 euros por vecino. Después de años en los que les cobraba una tasa irrisoria por el agua, que el Ayuntamiento no pagaba al Consorcio del que se surte, ha tenido que admitir una subida para saldar la deuda y no ser denunciado. 

 

Es ahí donde Gordillo, a diferencia de otros, sale airoso. Más allá de multas o declaraciones de insumisión tras mediáticos actos reivindicativos (ocupaciones, "expropiación" de productos de primera necesidad en supermercados) no ha sido inhabilitado. Sí condenado a repetir plenos por no informar a la oposición, que denuncia vicios en ese sistema que despierta el interés de tantos: si no apoyas al sindicato y lo que hace, estás fuera; o, como explican docentes que han pasado por los centros de la localidad, el alto índice de abandono escolar ante una forma relativamente fácil tener lo suficiente para vivir dignamente. 

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