Sevilla

Dos mujeres son apuñaladas por sus parejas en menos de diez horas

  • Una de las víctimas recibió varios cortes en la cara, que podrían hacerle perder un ojo, y la otra pasó dos días encerrada. Las dos agresiones ocurrieron en la Macarena y la Policía Local detuvo a los autores.

Dos hombres apuñalaron este lunes a sus mujeres en el distrito Macarena, en dos sucesos que se produjeron con una diferencia de menos de diez horas y en dos puntos que distan entre sí menos de 600 metros. Una de las víctimas sufrió cortes muy graves en la cara tras ser atacada repetidamente con un cuchillo, mientras que la otra también fue acuchillada con un cúter, pero sus lesiones son más leves. Los dos agresores fueron detenidos por la Policía Local de Sevilla.

La agresión más grave ocurrió poco antes de las nueve y media de la mañana en la calle Playa de Mazagón, en la barriada del Cerezo. A esa hora una mujer de 40 años, de nacionalidad marroquí e identificada mediante las iniciales S. H., fue atacada por su marido con un cuchillo de 15 centímetros de hoja. El agresor, de 53 años, también marroquí e identificado como H. A., propinó un fuerte golpe en la espalda a la mujer, que la hizo caer al suelo. Después comenzó a apuñalarla en la cara y en el cuello. Lo hizo con tal violencia que rompió el cuchillo y se quedó con el mango en la mano.

La mujer permanece estable dentro de la gravedad tras ser sometida a una intervención quirúrgica en el Hospital Virgen Macarena. Fuentes del referido centro hospitalario han informado de que la mujer, que presenta varias heridas producidas por arma blanca, ha sido intervenida por cirujanos maxilofaciales y oftalmólogos, tras lo que permanece estable dentro de la gravedad en el área de observación.

La víctima tiene un corte muy profundo desde el pómulo hasta la mandíbula y otro en uno de los ojos, en el que se le quedó incrustada una esquirla del arma blanca. Por ello, los médicos que la atendieron creen que posiblemente perderá el ojo. También tiene cortes en el cuello y golpes por todo el cuerpo.

Las consecuencias de esta agresión podrían haber sido aún mucho más trágicas si no hubieran intervenido dos jóvenes que sacaban sus motos de un garaje situado a escasos metros del lugar del ataque. Uno de ellos, Juan Carlos Sánchez, explicó a este periódico que oyó unos gritos y se acercó hacia el lugar del que provenían, ya que en ese momento unos coches aparcados le quitaban la visión. Cuando se acercó, vio a un hombre con el mango de un cuchillo en la mano y una mujer ensangrentada en el suelo. "Instintivamente me eché hacia atrás pensando que podía atacarme a mí. Luego vi la hoja del cuchillo en el suelo y me di cuenta que lo había roto en la agresión", indicó este testigo.

Al llegar estos dos jóvenes, el presunto agresor se retiró unos metros, mientras que otros vecinos se interesaron por lo ocurrido. "Ya llegó más gente. Yo soy socorrista y tengo conocimientos de primeros auxilios. Le taponé las hemorragias con una toalla, mientras que el agresor permanecía unos metros más allá, junto a un árbol. Así estuvimos hasta que llegó la ambulancia", explicó este joven, a quien la Policía le agradeció su intervención e incluso le comentó que pudo haber evitado un asesinato.

Los médicos del servicio de emergencias sanitarias del 061 atendieron en el lugar de los hechos a la víctima, a la que los vecinos habían sentado en una silla mientras permanecían taponándole las heridas de la cara con toallas. Instantes después llegaron agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional. Todos los testigos indicaron a los policías quien era el agresor, que permanecía a cinco metros de la escena. El hombre fue detenido por la Policía Local, cuya unidad especializada en la violencia de género, el Grupo Diana, se ha hecho cargo de la investigación del caso.

Una vez que fue atendida, la propia víctima relató a los policías que se encontraba trabajando cuidando a una anciana en un piso de este barrio y había salido a realizar unas compras cuando fue atacada por su marido. Antes, el presunto agresor la había acosado llamando por teléfono varias veces a la casa en la que trabajaba. La pareja tiene en común dos hijos, uno de 15 años y otro de 13.

Lo que más sorprendió a Juan Carlos Sánchez fue la actitud del agresor, que en ningún momento quiso escapar ni tampoco enfrentarse a las personas que se interesaron por la mujer. "Su actitud era pasiva con nosotros, como si no fuera con él. Ni nos atacó ni se dirigió a nosotros. Nada. Él tenía claro que iba a matar a su mujer y lo demás le daba igual. De hecho, ni se resistió a su detención ni hizo ni el intento de darse a la fuga". El detenido permanecía a la hora de cierre de esta edición en las dependencias policiales acusado de un delito de malos tratos en el ámbito familiar.

Nueve horas y media antes de este suceso se había producido otro episodio de violencia de género en el mismo barrio. Un hombre de 45 años, de nacionalidad española e identificado mediante las iniciales A. D. R., fue detenido a las doce de la noche del domingo al lunes por agredir con un cúter en el cuello a su pareja, una ciudadana rumana de 34 años, cuya identidad responde a las iniciales N. I., a la que llegó a dejar encerrada durante dos días en el domicilio que ambos compartían.

Una llamada avisó a la Policía Local de que había una mujer con heridas en el cuello y en los brazos en la glorieta de San Lázaro. Los agentes llegaron a la rotonda y vieron a la mujer, que estaba taponándose las heridas. La víctima explicó a los policías que los cortes se los había causado su pareja con un cúter. La mujer añadió que había pasado dos días encerradas en su casa y que su marido ni siquiera le daba de comer. Incluso había roto la cerradura de la puerta del piso para que no pudiera salir.

Cuando su pareja había llegado al domicilio, la había apuñalado con el cúter. La víctima logró aprovechar un momento de descuido de su captor para huir y abandonar la casa. Ya en la calle, el hombre siguió acosando a su mujer. En el momento de la llegada de los policías, el presunto agresor se encontraba a escasos metros de su mujer, por lo que fue detenido inmediatamente. Se le imputan un delito de malos tratos y  otro de detención ilegal.

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