A pesar de que el centro ya gozara de ambiente festivo desde el pasado jueves, con pandas de verdiales por los rincones más emblemáticos del centro de la ciudad y pasacalles, y las atracciones de feria llevaran funcionando también días antes, el pistoletazo oficial de salida de la Feria tuvo lugar anoche con el tradicional alumbrado de la portada del Cortijo de Torres, ahora la fachada del Hotel Miramar después de años en la que presidiera la entrada a la Feria la emblemática puerta de Tabacalera.

Al filo de las 21:30 centenares de malagueños y visitantes se concentraban a las puertas de Cortijo de Torres esperando el momento clave con el que daría comienzo de forma oficial los días de fiesta. A esa hora la banda municipal entonaba los primeros acordes de Brisas de Málaga, melodía con las que caldeaban el ambiente y animaban a los allí reunidos, que arrancaron en aplausos al término de la canción esperando que las bombillas se encendieran por fin. "¿Cuándo va a dar este hombre el chupinazo que podamos entrar ya?", comentaba con sus amigos impaciente un señor a la vez que miraba la portada. Y es que no eran pocos los que aguardaban la iluminación de la puerta principal, como si de la salida para una maratón se tratara, para pisar por primera vez este año el Real de la Feria. Entre ellos, muchos pequeños que se estrenaban en el ambiente ferial y que miraban ilusionados el portón de Miramar. "Es la primera vez que lo traemos, está impaciente por ver las luces", comentaba Ana, con su hijo de un año en el carrito.

Diez minutos más tarde de la hora oficial aparecían en el lugar el alcalde, acompañado del equipo de gobierno casi al completo y el pregonero de este año, Antonio de la Torre, que pronunció el viernes su discurso solidario antes del espectáculo de los fuegos artificiales. Momentos más tardes el primer edil de la ciudad, Francisco de la Torre y el afamado actor malagueño hacían los honores y apretaban el botón de encendido. Fue entonces cuando, con los sones del himno andaluz interpretados por la formación musical, se hizo la luz en Málaga, en un Real sólo iluminado jornadas pasadas por las luces parpadeantes de los carricoches. Una ovación casi al unísono acompañó al instante, ante los ojos impresionados de las personas que recorrían sus aledaños. "Nos encanta venir a ver el alumbrado, para nosotros es una tradición", aportaba un matrimonio, fieles a la cita del primer día de Feria.

Con la portada irradiando una luz que se divisaba por todo el recinto, malagueños y visitantes pasaban por sus puertas, como si fuera un ritual que hubiera que cumplir a rajatabla. "Vamos a pasar por aquí mejor, que trae suerte", le ordenaba un pequeño vestido de corto a su padre, que trataba de esquivar la multitud por uno de los laterales de la portada. De obligado cumplimiento era también la foto de rigor con la portada; grupos de amigos se turnaban en los pilares de la instalación ya iluminada para tener un recuerdo del momento o poder compartirlo con los demás a través de las redes sociales. Eran los primeros visitantes de la Feria, los que poco a poco iban dando vida a Cortijo de Torres, que llenaba sus calles y sus casetas con los que no quisieron dejar pasar la oportunidad de inaugurar el real de la Feria. La música comenzó a sonar para no dejar de hacerlo en los próximos siete días, encarando así el inicio protocolario de los días de fiesta. Primeros visitantes en las casetas, primeras colas para montar en los cacharritos, primeros trajes de flamenca que estrenaban la temporada y también primeros incidentes; poco después del alumbrado, una ambulancia entraba por una de las calles para atender a los primeros afectados por la fiesta.

El Hotel Miramar tiene ahora el cometido de dar la bienvenida a todos los que se acerquen a disfrutar del ambiente ferial a Cortijo de Torres. Le ayudará en la hospitalaria tarea la portada de Echegaray, en uno de los laterales del recinto. Con sus miles de luces acogerán a malagueños y visitantes hasta que sus bombillas se apaguen.