Francisca se sintió indispuesta el viernes pasado. Su familia no podía imaginar que cuatro días más tarde habría fallecido tras haber acudido dos veces a Urgencias y haber sido dada de alta en ambas ocasiones. Esta mujer, de 82 años, tenía los achaques propios de la edad, pero no padecía ninguna enfermedad. El viernes al mediodía se descompuso mientras paseaba con su marido. Una ambulancia la trasladó al Hospital Clínico. En Urgencias la atendieron y le diagnosticaron una gastroenteritis. Sobre las 20:00 le dieron el alta.

Se fue a casa. "Mi madre iba a peor, pese a la medicación", relata Emilio Carmona, su hijo. Pero esperaron a ver si durante la noche el tratamiento hacía efecto. El dolor no remitía, así que a media mañana del sábado sus hijos llamaron una ambulancia. Esta vez, optaron por llevarla al Hospital Regional.

Al médico que la atendió le entregaron los informes del Clínico, pero le indicaron que no estaban de acuerdo con el diagnóstico. Pero el facultativo también estimó que se trataba de una gastroenteritis y, el sábado a última hora de la tarde, por segunda vez en 24 horas, Francisca recibió el alta.

Otra vez a casa. El domingo mejoró algo, pero los dolores seguían. El lunes, sus hijos pidieron que viniera un médico del centro de salud. Éste la vio en el domicilio por la mañana y le dijo que seguía con ese cuadro por la tarde se fuera a Urgencias. No aguantó el dolor. Sus hijos llamaron al 061. El facultativo que la asistió le hizo una serie de pruebas y de inmediato solicitó una UVI móvil que la trasladó al Clínico. Esta vez sí quedó ingresada. Tras un TAC y otras pruebas, los cirujanos indicaron a la familia que se trataba de una isquemia (infarto) de intestinos. El martes por la mañana fue operada in extremis. Sobre las 20:00 -cuatro días y medio después de acudir por primera vez a Urgencias- falleció.

Sus familiares están "indignados" y sopesan presentar una demanda contra el SAS. "No queremos demandar por dinero", dice Emilio. "Es por el mal funcionamiento", aclara Javier. Su marido, también de nombre Emilio, se plantea: "Si el primer día que fue a Urgencias le hubieran hecho lo que le hicieron la última vez, quizás estaría viva". "Si le hubieran hecho un TAC o más pruebas antes, a lo mejor se habría salvado", insiste Javier. Su otro hijo añade: "Estamos dolidos y nos queda la duda".

El Clínico indicó que ayer a primera hora de la tarde, la familia se dirigió a Atención al Ciudadano, donde solicitó el informe clínico de la mujer. El hospital le dio la documentación. No obstante, aclaró que los familiares "no han puesto ninguna reclamación".

Javier tacha la asistencia que recibió su madre de "nefasta". El marido lamenta que además "estuvo cuatro días padeciendo".

La familia se queja de la atención que recibió en el Clínico. "Pedí una manta para mi madre y me dijeron que no había por culpa de los recortes", dice Javier.

Los hijos también denuncian que tardaron en cambiarle el pañal porque no había celador para mover la camilla unos metros. "Pero tampoco te dejaban que movieras tú la camilla", protestó Emilio. Javier concluye: "Nos han tratado con mucha desidia".