Denuncia Rocambolesca historia en Cártama

Cómo acabar en la cárcel por tener un DNI caducado dos días

  • Un vecino de Cártama asegura haber pasado una noche en la prisión de Alhaurín de la Torre por una sanción recibida al tener su identificación personal sin renovar

La historia es tan rocambolesca que parece extraída de un guión de Hollywood. Al menos tiene sus mismas estructuras: un acontecimiento, en principio, sin grandes consecuencias, pero que da un giro y el desarrollo acaba con alguien en la cárcel. Aunque también tiene un final feliz cuando ella lo salva a él. La diferencia es que la ficción ha sido realidad y se ha convertido en una experiencia imborrable para un vecino de Cártama, que ha pasado una noche en prisión por tener el DNI caducado dos días, según él mismo comenta.

El relato se remonta 12 meses atrás, cuando en un control rutinario en la salida de la autovía hacia Churriana y Cártama la Guardia Civil le denuncia porque su DNI había cumplido dos días antes. La pareja le inmovilizó el coche y Adolfo Álvarez, que así se llama el protagonista de esta historia, tuvo que llamar a su mujer para que le recogiese. Mientras llegaba, los agentes tuvieron que irse. Dieron a Adolfo un teléfono para que llamase para avisar de que cogía el coche, pero, además, otra patrulla se dirigía hacía allí.

"Llamé varias veces durante media hora, pero nadie me respondía. Así que al rato de llegar mi mujer nos marchamos", explica Adolfo. Su sorpresa vino después, cuando recibe una llamada del juzgado de Cártama donde le indica que tiene una multa de 680 euros, "500 por desobediencia civil y 180 por el carnet de identidad". Recurre la sanción, se fija una fecha para el juicio y lo pierde. "Me equivoqué de día: fui al día siguiente de que se celebrara", reconoce Adolfo, que volvió a recurrir la sentencia. "Y sin recibir notificación ninguna, seis meses después, una pareja de la Guardia Civil llega a mi casa y me dice que estoy en busca y captura porque debo 180 euros", añade. La denuncia por desobediencia civil ya la habían eliminado, pero la otra no y él se ofreció para acudir voluntariamente al juzgado a pagar la multa.

Entonces, los agentes le trasladan al cuartel de Arroyo de los Ángeles, en Málaga capital, donde le toman las huellas, le hacen una foto y, posteriormente, lo trasladan al juzgado para depositar el dinero. Allí lo dejan en manos de la Policía Nacional según cuenta él mismo. "Y la policía dice que, como no puedo pagar en ese momento por algo que desconozco, debo entrar en los calabozos", cuenta. Pidió hacer una llamada, "pero se negaron". Era cerca de las una de la tarde y, como en la Ley de Murphy, las cosas siguieron saliendo mal, porque a las 19:45 los agentes le comunicaron que allí no podía pasar la noche, así que lo llevarían a la prisión de Alhaurín de la Torre.

"Y allí me vi, desnudo, tras un registro y luego en una celda llena de mierda y un baño sin agua junto a otras dos personas", cuenta Adolfo, que insistió en hacer una llamada "y volvieron a decir que no". No pudo comer en todo el día, pero como llegó tarde, sólo le dieron dos manzanas. Casi hundido, trató de descansar, hasta que al día siguiente volvió a venirse abajo: insistió con la llamada, pero le dijeron que no podía hacerla hasta las 17:00.

El tiempo pasó lentamente y, mientras hacía cola para llamar, le llamaron a él. "Mi mujer había pagado la multa y pude salir", relata Adolfo que se pregunta: "Si yo he pasado una noche en la cárcel por 180 euros, ¿cuántas deberían pasar personajes como Julián Muñoz o Roca? Esto es increíble", concluye este cartameño.

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