La provincia de Málaga cuenta ya con la potencia suficiente derivada de las llamadas energías limpias como para atender la demanda eléctrica que se consume en una punta media como los meses de primavera o un verano normal. Casi 600 megavatios es la capacidad de producción de las instalaciones capaces de generar energía gracias al agua, el aire, el sol y los residuos vegetales que garantizarían el pico medio de 500 megavatios siempre y cuando se den todas las condiciones meteorológicas.

Es el principal inconveniente que tiene este tipo de energía, según explicó el director provincial de la compañía Sevillana-Endesa, Alfredo Rodríguez, ya que excepto la generación de energía eléctrica mediante biomasa "todas las demás no son gestionables si no se dan las circunstancias precisas y eso no soluciona el problema real de la demanda". En el caso, por ejemplo de las placas fotovoltaicas, la producción de electricidad se reduce a unas nueve horas diarias en un día plenamente soleado.

Aún así, en apenas un año las energías renovables han dado un importante salto en la provincia y ya han logrado hacerse un hueco entre las usadas tradicionalmente. La eólica es la que ha logrado implantarse de manera más contundente y desde diciembre de 2008 a finales del año pasado ha triplicado su producción gracias a los 16 parques que ya están funcionando.

Con los 411,6 megavatios que hay instalados, la mayoría en la comarca del Guadalteba, se da cobertura a más de medio millón de personas y se evita la emisión de más de 326.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), causante del efecto invernadero. O lo que es lo mismo, el equivalente a retirar de la circulación cerca de 180.000 vehículos, según los datos facilitados a este periódico por la Delegación Provincial de Innovación, Ciencia y Empresa.

Pero aún está prevista la construcción de dos parques eólicos más que permitirán superar el medio millar de megavatios instalados en la provincia. Es decir, sólo con este tipo de energía se podría atender la demanda que se produce en una punta media. Málaga se sitúa ya como la tercera provincia andaluza generadora de energía eólica, sólo por detrás de Cádiz y Almería. Le sigue en importancia por la potencia instalada la energía hidráulica, también incluida en el grupo de las renovables. En la provincia se generan 126,66 megavatios entre las 11 centrales que hay en funcionamiento.

La fotovoltaica, en cambio, ha sufrido un importante estancamiento debido sobre todo a la regulación que ha sufrido el sector, señaló la delegada provincial de Innovación, Ciencia y Empresa, Pilar Serrano, que insistió en que se continuará impulsando hasta lograr que "al menos el 20% de la electricidad que se consuma proceda de las energías renovables". Pero, de momento, sólo hay instalados algo más de 40 megavatios y salvo 130 pequeñas instalaciones domésticas que producen 2,2 megavatios, la mayoría son huertos solares.

La potencia que suele tener una de estas placas ubicadas en una casa no suele generar más de cinco kilovatios, lo que multiplicado por las nueve horas de producción máxima que suele tener en un día de sol intenso garantizaría prácticamente su consumo. Y lo mejor es que la compañía Sevillana-Endesa paga 25 céntimos por cada kilovatio que los usuarios vierten a la red eléctrica general procedentes de las placas fotovoltaicas. Una instalación tipo, por ejemplo, puede producir un beneficio de más de 11 euros diarios.

Sin emabargo, en los proyectos que desde principios de 2009 ha recibido la Junta para incentivar la instalación de este tipo de energía sólo había diez. La mayoría de los 1.505 iniciativas subvencionadas han sido para la instalación de placas solares térmicas para la producción de agua caliente. La provincia cuenta ya con casi 5.000 metros cuadrados de paneles, que evitan que más de 3.000 toneladas de gases contaminantes terminen en la atmósfera.