TERESA Rodríguez va excavando en una contradicción que deberá resolver con prontitud. Ayer le preguntaron su parecer por los pactos de Podemos con el PSOE, alianzas que se están fraguando en Castilla-La Mancha, Aragón, la ciudad de Madrid y Valencia. Entre otras. El manotazo al mapa de las gaviotas ha sido nepalí. Hombre, contestó ella, entre susto y muerte, siempre el susto; es decir, entre el PSOE y el PP, el PSOE. Y de repente caen dos meses sobre nuestras espaldas, los dos meses que llevamos los andaluces sin un Gobierno palpable por el bloqueo, entre otros, de su partido. Podemos votará afirmativamente a Emiliano García Page para impedir que María Dolores de Cospedal sea presidenta manchega, pero en Andalucía le cuesta cantidad una abstención a Susana Díaz. Ni susto ni muerte, sino purgatorio.

Es verdad que el PSOE ya tendría que haber entregado a Podemos el organigrama de cargos y personal de su administración instrumental, bueno, a Podemos y al resto de los andaluces, digamos que es una información que debería de ser pública, pero los trofeos de Chaves y Griñán bastan para una simple abstención.

Pero vayamos al juego: susto o muerte. Los socialistas gaditanos no identifican quién es la muerte: Teófila o José María González, más conocido como Kichi. No es una cuestión ideológica, sino de solvencia, y votar al Kichi como alcalde de Cádiz en contra de Teófila Martínez no es tan sencillo como hacerlo a favor de Manuela Carmena en contra de Esperanza Aguirre o a Juan Espadas en contra de Zoido. Susto o muerte, eso es lo que se preguntan los Hamlet de Cai, que no es una comparsa sino un estado de opinión.

Kichi hace poco por aliviar el susto, quiere que el PSOE se arrastre, bese su programa y que se someta a una asamblea de vecinos para ver cómo negocian. Hombre, Kichi, no, es al contrario: tú eres el que desea ser alcalde, tú eres el que debe proponer, tú eres el que debe convencer por qué Teófila es la muerte y tú, el susto. El PSOE debería seguir los pasos de Podemos, y convocar a su militancia y a sus electores, y puede que ellos también alberguen serias dudas. Martínez es incompatible con el PSOE, ha machacado a todos y a cada uno de sus contrincantes en la oposición, a veces fue hasta cruel y echó en contra de este partido al mismo populismo que ahora vota a Podemos, pero ha sido una buena alcaldesa. ¿Y si su dimisión es su último servicio? Abstenerse frente a otro del PP es más digerible y tendrían su trofeo.