Políticos en cien días

Antonio Vargas Yáñez

¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!

NO la arquitectura. El problema del edificio del Astoria no es el proyecto; es que no se sabe de dónde sacar entre 15 y 20 millones de euros para construir el "Foster" de la plaza de la Merced. Y no se puede decir que no se haya intentado. El "revival" de "Don erre que erre" que se estrenará en el nuevo centro cultural (cuando se inaugure), tendrá de protagonista a un Paco (Martínez Soria) que intentará vender el edificio que compró, en plena crisis a precio de antes de la crisis, para sede del "Museo de museos". La diferencia entre perseverancia y terquedad está en el resultado del empecinamiento; y nuestro Don Rodrigo no escatimará esfuerzos para dejar los antiguos cines en estado de buena esperanza: el museo, un centro cultural de la Fundación Unicaja, un mercado gourmet, un centro de promoción musical, e incluso, el maná de nuestro Antonio Banderas. Infértiles intentos en los que el debate nunca pondrá el foco en la obra arquitectónica. Con este grado de desesperación, nuestro protagonista intentará que la participación de una pléyade de arquitectos logre la inseminación artificial de Doña Luisa, para lo que convocará un concurso en el que cada propuesta vendrá acompañada de un inversor revelación capaz de producir la película. Algo así como ir a trabajar de extra y pagar los bocadillos.

Después de negarse durante años a cualquier tipo de concurso (ahí queda la plaza de Camas), la desesperación es similar a la ingenuidad de pensar que van a premiar a un edificio en lugar de una oferta económica. Para que la fecundación sea efectiva se tienen que dar las condiciones propicias: recuperación de parte de la inversión municipal, que el operador recupere la suya obteniendo beneficios, y que el producto tenga cierto tufo cultural. Que fue en nombre de quien se lió todo este embrollo. Y ahí es donde el Ayuntamiento se acuerda del Colegio de Arquitectos para el papel de moderno mamporrero. A ver si nos podéis ayudar a organizar un concurso de arquitectura donde el ganador no sea un arquitecto, sino el fondo de inversión que no hemos podido encontrar estos años, que se quedará el edificio y vendrá con un arquitecto del start system de la mano, que hace tiempo que nos hace ilusión, pero que no sabemos cómo pagarlo. ¡No sé cómo no se me había ocurrido antes! Pero "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?"

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