Unicaja-cb sevilla

La luz ganó a la sombra (77-74)

  • El Unicaja gana su novena Copa Andalucía en un partido con altibajos. El juego exterior (18 puntos de Vasileiadis), muchos cuerpos por encima del interior, con algún síntoma preocupante.

El Unicaja tuvo que ganar dos veces su novena Copa Andalucía. Tenía el partido controlado mediado el tercer cuarto (61-46) tras dominar desde el arranque con un 11-0, pero el Baloncesto Sevilla le endosó, tras seis minutos sin anotar, un tajante parcial de 0-17. Una desconexión que igual hasta le viene hasta bien a Joan Plaza para apretar más las clavijas a sus jugadores. No se pierde de vista que esto es pretemporada y que existen desajustes. Entre los claros resplandecientes y los nubarrones oscuros se mueve el plantel cajista, que, otra vez, se enchufó para ganar el partido (77-74) después de que, siempre dentro del tono coral que propone el técnico catalán, emergieran Vasileiadis (18 puntos y 23 de valoración) y Kuzminskas (tapón y mate en la jugada decisiva) para amarrar la victoria en Benahavís.

Entre la exuberancia de un juego exterior que permite soñar con algo serio y las dudas que transmite un juego interior al que hay que darle más tiempo para que cuaje porque es la zona con más novedades e incógnitas se mueve un Unicaja que vivió durante tres cuartos de un arranque impecable de partido (11-0). En esa diferencia se movió hasta que el motor se gripó en el citado tercer periodo. Era curioso comprobar cómo el técnico catalán delegaba en sus ayudantes, Cañete y Herrera, las órdenes ofensivas y defensivas durante mucho tramo del partido. Y no pidió un tiempo muerto hasta la jugada final del partido. Prefirió que sus hombres intentaran buscar soluciones por ellos mismos cuando vinieron mal dadas. Un detalle evidente de que es pretemporada.

Entre las luces, los mundialistas vienen con un punto superior físico y se nota. Muy buena impresión de Stefan Markovic, con el que el equipo jugó muy lógico. Tiene el sentido práctico de acelerar o frenar cuando conviene. Metió nueve puntos y repartió tres asistencias, pero el juego resultó fluido. Kuzminskas tuvo esos detalles que se le piden con más continuidad. El tapón a Byars que decide medio partido es fenomenal. Y el mate con el que se culmina esa jugada redunda en esa idea de potencial infinito. Vasileiadis da muchísimo. 18 puntos metió ayer con sólo dos fallos en el tiro. Condiciona las defensas rivales por su capacidad de tiro y parece que Granger (seis asistencias del uruguayo) le encuentra con cierta facilidad. Queda Dragic, algo taciturno con esa nebulosa constante de la NBA rondando su cabeza que le dibuja un gesto de cierta insatisfacción. Plaza advertía en Nerja que tenía reservado minutos para que jugara de base. Y así sucedió ayer durante un tramo del primer tiempo, en un paso más de su formación integral como jugador. Metió, no obstante, 10 puntos y repartió tres asistencias. Cuando, si no se ejecuta su marcha, se equilibre mentalmente será determinante.

Si por fuera hay buenas noticias aunque ayer Toolson apenas apareciera, por dentro hay más dudas. Nada que no fuera previsto, mucho nuevo en la competición y en el equipo. Green arrastra alguna molestias física y no jugó demasiado, parecía algo cohibido. Thomas mejoró la impresión de los primeros partidos. Su listón es el rendimiento de Hettsheimeir el año pasado. No está muy alto. No parece ninguna maravilla pero debe dar empaque. Más preocupante lo de Golubovic, al que se le ve desubicado. Le quitaron varios rebotes en sus narices, parece que llega un segundo tarde las órdenes de su cabeza y Plaza tendrá que moldear su defensa cuando esté en pista. El dinamismo y el brío de Stimac para salir lejos del aro no lo posee. Es distinto. También deben conocerle sus compañeros para entender dónde quiere el balón. Como detalle, todo el juego interior anotó un punto menos que Vasileiadis (17 por 18).

En cualquier caso, los destellos permitían al Unicaja, que perdió todos los cuartos tras el primero, liderar con comodidad (23-11 tras 10 minutos, al descanso 40-29). Enfrente era el interesantísimo Willy Hernangómez quien sacaba al Baloncesto Sevilla del atolladero. Bien Berni, en su papel de líder espiritual del equipo. Más dudas dejan sus americanos, en su aterrizaje en la competición. Porzingis va constatando la barbaridad que será.

Dominaba con placidez el Unicaja, que se acomodó intercambiando canastas en el tercer cuarto hasta que colapsó y encajó ese parcial de 0-17. Tuvo que engancharse otra vez y siempre es difícil retomar unos mínimos con esa empanada. El goteo de puntos de Vasileiadis permitió recuperar el mando con dos tiros libres a falta de 12.9 segundos (75-74). En la jugada posterior, brutal tapón de Kuzminskas a Byars y mate del lituano en la canasta contraria. Thames dispuso de dos tiros libres a falta de un segundo, pero erró y se acabó.

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