Euroliga

Kostas vino para esto (87-84)

  • El griego decide con un triple sobre la bocina un encuentro igualadísimo, con mayor dominio alemán, pero en el que el Unicaja demuestra que no sólo tiene buen juego sino coraje y corazón.

Andaba un poco dubitativo, adaptando a la familia a Málaga, viviendo los rigores de la paternidad de un bebé y asimilando los sistemas de Plaza. No había lanzado a canasta desde el primer cuarto, cuando anotó uno de los tres triples que intentó. Ahí le llegó el balón sin ninguna ventaja, con el marcador empatado a 84 y a falta de dos segundos. La tendencia natural es levantarse y lanzar como sea. Pero Kostas Vasileiadis tiene la sangre fría del asesino, del que vive para estos momentos, para decidir partidos aunque no haya olido antes la bola. Por eso, entre otras razones, contagia, transmite.

Así es Kostas, para esto se le trajo, por eso renunció a ganar casi el triple en Novgorod. Porque se debía levantar, como ayer, al Carpena. Vasileiadis recogió un balón a nueve metros tras un ataque final (84-84, posesión de 21 segundos para el Unicaja) con poca idea, en el que el Alba dudó si hacer una falta o apurar a la prórroga. Fintó el griego de una manera más astuta que estética a Redding y Radosevic a la sazón y se levantó desde la diagonal del lado izquierdo del ataque, solo. El reloj se puso a cero con el balón en el aire. Kostas esbozó una sonrisa mientras la bola volaba, él ya sabía que entraba. Y, claro, entró, sin tiempo de respuesta, como una bala certera que permitía el cinco de cinco para el Unicaja, para aniquilar (87-84) a un Alba Berlín que fue un dolor de muelas, que dominó durante más de 30 minutos de partido y que, en esencia, jugó mejor.

Ahí radica la esperanza y la ilusión que transmite el Unicaja, al que se le adivina un gen ultracompetitivo que le hace no caerse de los partidos aunque no esté fino. Estuvo a merced del Alba, cuyo entrenador, Sasa Obradovic, lo será a no mucho tardar de un grande europeo. Es un equipo atípico el alemán, sin muchos centímetros pero con mucha movilidad. Es difícil fijar una defensa sobre ese esquema de juego y al Unicaja le costó. Tras un inicio correcto (9-4), encalló durante cinco minutos sin anotar el equipo malagueño y concedió un parcial de 0-11. Y el partido se le puso áspero e incómodo a un Unicaja que llegó a perder por ocho puntos en el segundo cuarto (19-27). Dentro de las virtudes que atesora este Unicaja, que se le vislumbra al menos, es que compite y no pierde la cara aunque le zurren fuerte. Mientras trataba de descifrar el ataque del Alba y las decenas de cambios de balonmano de Obradovic, el Unicaja concedía más canastas de la cuenta. Por ejemplo, Banic calcó ocho puntos continuando tras bloqueo por el lado derecho de su ataque. No es un desconocido el croata, que diera buenos años de baloncesto en Bilbao. Y sabidas son sus virtudes. Pero apreovechaba bien las ventajas que generaban los exteriores americanos, cada uno con sus detalles. El Unicaja renqueaba, le costaba domar al Alba. Algún movimiento de Golubovic, algún momento brillante de Green, trabajador ayer también, o alguna llamarada de Markovic. Pero se esperaba ese fogonazo en el que se encadenaran cinco minutos buenos delante y detrás. Y no, apenas había un par de ataques con continuidad. Plaza extendía las rotaciones, Toolson intentaba generar más canastas y punto a punto, con el viento en contra y con un mal porcentaje de triples (2/10 al descanso), el Unicaja llegó a ponerse con un dos más uno incompleto de Green (35-34). Una bandeja sobre la bocina del Alba cuando el Unicaja tenía faltas que gastar encendió a Plaza, pero quizá le dio para aumentar los decibelios de la bronca en el vestuario.

Sufrió muchísimo el Unicaja, mucho, aunque tuvo un momento de brillantez de Toolson (58-52) en el que pudo despegarse mediado el tercer cuarto. El Alba siempre volvía con sus atléticos norteamericanos. Ora Renfroe, ora Hammonds, ahora King, más tarde un McLean que también apunta a grande... Markovic fue eliminado con una falta más técnica, hubo otra técnica a Plaza y el Alba dominaba por seis a falta de cinco minutos (69-75). Los dos equipos, con un soberbio Granger en el Unicaja, metieron muchísimo en el último cuarto, el parcial fue 24-21 en el periodo final sin que los equipos apenas fueran a la línea de tiro libre en esos 10 minutos. Importantísimos tres triples de Will Thomas, como ese jugador invisible que le da el equipo siempre lo que necesita, sean puntos, rebotes o palos. Ahí la percepción es que el partido era del Alba, por ritmo, por tendencia. Pero este Unicaja niega la derrota, se resiste y patalea aunque no tenga el mejor día, aunque estén lejos de sus mejores versiones muchos jugadores. Con 84-84, los árbitros, que también le pitaron una técnica a Plaza, señalaron 3 segundos en zona en el ataque alemán. La bola quedó en manos malagueñas. Hubo dudas, pero Vasileiadis, que vino para esto, decidió un encuentro que es un paso de gigante hacia el Top 16.

Ficha Técnica

87 - Unicaja (15+21+27+24): Granger (12), Kuzminskas (12), Vasileiadis (6), Thomas (9), Vázquez (10) -cinco inicial-, Markovic (6), Green (6), Toolson (13), Stefansson (4), Golubovic (9) y Nguirane (0).

84 - Alba Berlín (20+18+25+21): Hammonds (11), Redding (12), Giffey (7), McLean (14), Radosevic (2) -cinco inicial-, King (7), Banic (16), Stojanovski (5), Renfroe (10) y Vargas (0).

Árbitros: Ziemblickl (POL), Bissang (FRA) y Dragojevic (MNE). Señalaron técnica a Markovic por protestar y fue eliminado por cinco faltas personales (m.30). Técnica al entrenador del Unicaja, Joan Plaza, por protestar (m.35).

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo B de la Euroliga disputado en el Martín Carpena de Málaga ante 6.000 espectadores.

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