La progresión de Mindaugas Kuzminskas no es la del jugador de impacto súbito. Tiene 25 años y ha sido lenta, hay jugadores de germinación paulatina. Por carácter o por coyuntura, el alero de Vilnius ha tardado en ofrecer su mejor versión, pero florece bajo la batuta de Joan Plaza, su técnico en las últimas tres temporadas, y en el buen escaparate de Málaga, habitual lanzadera en los últimos tiempos para la NBA y los mejores clubes del continente.

Kuzminskas concita el interés de la élite continental y de la NBA. Sabido es que el Unicaja tiene la opción de prolongar por un año más el contrato que acaba en junio y que el jugador para romperlo debería abonar 750.000 dólarez (algo más de 700.000 euros al cambio actual). No mucho más de lo que se permite a las franquicias estadounidenses abonar (500.000) sin que cuente para el límite salarial.

Hasta una decena de franquicias de la NBA han acudido de manera regular al Martín Carpena para ver in situ las evoluciones de Kuzminskas, con él como principal argumento para venir. El hecho de que no sea un jugador drafteado y pueda firmar por cualquier equipo de la NBA sin cortapisas aumenta el interés. Jason Filippi (Portland), Johnny Rogers (Oklahoma), Himar Ojeda (Atlanta Hawks), Fabrizio Besnati (Clippers) y el malagueño Juanma Rodríguez (Cleveland Cavaliers) son asiduos al Martín Carpena. Pero enviados de Indiana Pacers, Los Angeles Lakers y Miami Heat también han acudido al Carpena esta temporada con la misión de elaborar informes específicos del jugador lituano. Sus cualidades, un alero alto con capacidad alta de bote y notable salto aunque con el déficit de su falta de contundencia cerca del aro, no abundan en el baloncesto continental y son aplicables a la NBA. Véase el buen partido que realizó en las semifinales del pasado Mundial de España ante la gran selección de Estados Unidos que arrasó en el torneo. Ahí el jugador se convenció definitivamente de que un día podría jugar en EEUU.

La semana pasada estuvo por Málaga la plana mayor del CSKA de Moscú, con su presidente Andrey Vatutin a la cabeza. Y también preguntó a representantes del Unicaja cuál era la situación concreta de Mindaugas Kuzminskas para la próxima temporada. El arsenal del juego exterior moscovita es tremendo, pero un jugador de sus cualidades siempre está en el radar. También el director deportivo del Barcelona, Chichi Creus, ha sondeado a Kuzminskas.

El Unicaja asume que si la NBA quiere a un jugador se acabará yendo. También un gigante de Europa, ha sido así en los últimos años, no tiene el músculo financiero ahora mismo para competir. Ha habido conversaciones con los agentes para estudiar una revisión del contrato, con subida de cláusula y emolumentos. Pero el escenario para Kuzminskas es bueno. Tener un año de maduración más en Málaga, con protagonismo garantizado, y quedar libre para firmar por cualquier club del mundo (con tanteo si fuera para la ACB) en 2016, antes de cumplir 27 años, es un buen plan deportivo y también económico al no tener que renunciar a una parte de los emolumentos para pagar traspaso.

Kuzminskas y Granger son los jugadores más apetecibles del Unicaja. La quinta del 89 que se juntó el año pasado con Zoran Dragic perdió al esloveno, ahora en Miami Heat tras un frustrante paso por Phoenix. Y las otras dos piezas elevan su cotización por la gran marcha en la Liga Endesa del Unicaja, líder de la competición. En el reverso positivo, más allá de los nada desdeñables ingresos económicos conseguidos en las últimas temporadas, no deja de ser un imán para que jugadores de proyección vengan a Málaga para lanzar sus carreras. Jóvenes y no tan jóvenes.