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Fogg, fe y humildad

  • El californiano afirma que puede jugar indistintamente de base y escolta "Plaza me dice que sea duro en los dos lados de la cancha", asegura el americano

Kyle Fogg (Brea, California, 1990) es un hombre de fe. Es frecuente verle en las redes sociales acudiendo a misa con su madre. El 21 es el número que ha tenido a lo largo de su carrera, pero se lo pidió Adam Waczyinski y no puso reparos. Se lo cambió por el 8, con un significado ligado a sus creencias. "Soy un cristiano muy creyente así que he unido el tres de Dios, Jesús y el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, junto al cinco de mi familia: mi madre, mi hermana, dos sobrinas y un sobrino. Todo suma ese 8", es la curiosa explicación del base-escolta californiano, que habla rebosante de ilusión y expectación por su experencia en Málaga.

"Sin duda es una gran oportunidad para mí y estoy muy emocionado por estar aquí. Sé que tengo mucho que aprender de mis nuevos entrenadores y compañeros y estoy aquí para dar lo mejor cada día y ayudar al equipo a ganar", recita con un tono de humildad, como si leyera un salmo.

Los informes sobre Fogg hablan de un jugador con una sobresaliente capacidad para anotar, para atacar el aro. La posición de base en el baloncesto moderno ha evolucionado y el propio Plaza explicaba el día antes que uno de los motivos de la marcha de Markovic es que quería bases cuyo tiro fuera una amenaza. Cuando se le cuestionó por sus preferencias, remite al entrenador. Él se siente preparado para responder en los dos lugares. "Me siento un combo. Puedo jugar en las dos posiciones, uno o dos, y el año pasado jugué en ambos lugares. Disfruto jugando como uno, haciendo jugar a mis compañeros o como dos, teniendo el balón en mis manos más. Jugaré donde el entrenador piense que pueda ayudar más al equipo", explica Fogg, que llega en forma. Sus 42 puntos en The Tournament, evento en Estados Unidos con jugadores de NBA y que juegan en Europa y en el que se reparten dos millones de dólares, despertaron expectación. "Estos partidos fuera de temporada me han ayudado a estar en forma y en perfectas condiciones pero los entrenamientos ahora son más duros y tengo que aprender todos los sistemas en sólo unas semanas antes de que empiecen los partidos", relata.

Fogg está seguro de sus opciones y espera adaptarse rápido con la ayuda de sus compañeros: "Sé que ésta es la mejor liga de Europa y que el inicio será duro pero entrenar con estos jugadores de gran nivel y con estos entrenadores me va a ayudar a estar preparado para esta competición. Me van a enseñar la velocidad de los partidos y el nivel de juego en la cancha".

Sobre lo que el entrenador le ha pedido que aporte al equipo, aseguró que "hablé con Joan Plaza antes de llegar y lo que me dijo fue que necesitaba que ayudara al equipo en los dos lados de la cancha. Lo grande de este equipo es que hay muchos jugadores de talento así que tendré menos presión que en los años anteriores. Ahora sólo tengo que salir y jugar duro, hacer mis tiros y no preocuparme de si fallo porque tengo el apoyo de mis compañeros. En resumen, me pidió que jugara duro en defensa y aportara energía".

La última temporada colocó a Fogg como máximo anotador de la Bundesliga. Él rehúye de un papel de líder en la anotación. "El año pasado jugué muchos minutos y tenía muchos tiros para mí. Sé que este año será diferente y no me preocupa ser el máximo anotador. Somos un gran equipo y los más importante es ganar partidos, ojalá para volver a la Euroliga", remacha Fogg, repleto de fe y de humildad.

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