La Confederación Granadina de Empresarios (CGE) gestionó durante el pasado año 148 iniciativas empresariales, de las que 43 vieron finalmente la luz y se consolidaron como nuevos negocios en la provincia. Por la Unidad de Creación de Empresas de la CGE pasaron 158 usuarios a lo largo de 2010 -un 42% de ellos fueron mujeres-, que realizaron un total de 487 consultas.

En contra de lo que ha sucedido en el ámbito andaluz, donde en el 2010 se han creado 12.535 sociedades mercantiles, un 2,3% menos que el año anterior, la CGE ha apoyado la creación de un 50% más de empresas que en 2009. Estas cifras siguen la tendencia positiva de Granada, que el año pasado registró una subida anual del 7,4% más de nuevas sociedades mercantiles. El secretario general de la CGE, Salvador Frutos, explica que detrás de este cambio de tendencia hay una mayor predilección por el autoempleo forzoso como solución al desempleo de larga duración que ya sufren muchos granadinos. "Hemos registrado un aumento de las iniciativas emprendedoras motivadas por una situación de paro prolongado, más que por el propio espíritu emprendedor", señala Frutos, que lamenta que con esta situación se crea el riesgo "de enfocar algunos proyectos empresariales con una visión a corto plazo, como una salida temporal, lo que no ayuda en la necesaria, y ya de por sí difícil, consolidación del negocio".

De las 33 empresas creadas con el apoyo de la CGE, 16 estaban lideradas por trabajadores autónomos, 12 era sociedad de responsabilidad limitada y las 5 restantes, tenía el régimen jurídico de Sociedad Limitada Nueva Empresa. Entre los motivos de las consultas realizadas a la Unidad de Creación de Empresas (UCE), destacan la información sobre incentivos y subvenciones, la financiación ajena de proyectos, los trámites de inicio de la actividad o la elaboración de un plan de empresas, entre otros.

Las actividades más habituales en los negocios creados están relacionadas con el sector servicios, principalmente el comercio y servicios a particulares. Además, la mayoría de las nuevas empresas se constituyeron por un solo socio, con mayor participación de los hombres, ya que muchas de las mujeres que acuden a recibir asesoramiento finalmente no son las que lideran el proyecto empresarial.