Crítica 'Samba'

Gainsbourg achucha al intocable

Samba. Drama, comedia, Francia, 2014, 115 min. Dirección: Olivier Nakache, Eric Toledano. Intérpretes: Omar Sy, Tahar Rahim, Charlotte Gainsbourg, Hélène Vincent, Christiane Millet.

Intocable fue uno de esos taquillazos históricos que toda Europa envidia al cine francés, basado en el tratamiento amable de un problema social al que se le liman las uñas del conflicto (lo que en España estamos empezando a hacer con Ocho apellidos vascos). Sus directores repiten jugada sin cambiar de terreno: la asimilación de los inmigrantes. Incluso repiten al actor negro -porque el factor racial es fundamental en estas fábulas bienintencionadas y además porque Sy llena el plano con asombrosa eficacia- poniéndolo ahora de pareja, no a un blanco rico y tetrapléjico, sino a una blanca acomodada y con problemas. Porque la fórmula del éxito está en que alguien (el negro: el otro) esté en una situación mucho peor que la tuya (el blanco: nosotros) para así hacerte descubrir que tu muy mala o simplemente mala situación (ya sea la inmovilidad del uno o el desamor y el hastío de la otra) no es nada comparada con la suya. Tienen una vitalidad estos tipos que carecen de todo y luchan por unos papeles de residencia… Una alegría de vivir… Una voluntad… Que nos sirven de lección a todos. Y de paso se da un pasito, aunque sólo sea un pasito, hacia el buen rollo.

Esto se hizo con habilidad y originalidad en Intocable y se repite con menos de lo uno y de lo otro en Samba. Omar Sy es un sin papeles que sobrevive como puede. La Gainsbourg es una burguesa deprimida que quiere redimirse como asistente social. El resto puede suponerse. Quienes odiaron Intocable aborrecerán también esta película. Quienes la amaron, que son muchísimos más, se sentirán un poco decepcionados, pero no engañados ni gravemente defraudados. No le falta habilidad narrativa (desde el brillante plano secuencia con el que arranca, trasladándonos del brillo de la fiesta a lo último de las cocinas) o escenas tipo YouTube (el numerito del andamio). Y los actores están bien (hay que sumar a Sy y a la Gainsbourg -un milagro que tras pasar por las manos de Von Trier sea capaz de interpretar una comedia sentimental con costuras de melodrama- un muy eficaz Tahar Raim). Nadie que vaya a verla le pide mucho más.

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