La fe mueve montañas. Pero la situación del Antequera requiere que todos los obreros remen en la misma dirección. Ayer, la zaga antequerana se desangró al sentir la simple amenaza de un San Pedro que vive un momento dulce a pesar de las bajas que ha ido teniendo a lo largo del curso. A los cuatro minutos, el guardameta local cometió penalti en un desesperado intento por evitar el primer tanto. El mismo que no perdonaría Chupi treinta segundos después. Con ese panorama inicial tuvo que lidiar el equipo de Vicente Ortiz, al que la suerte le dio la espalda hace tiempo. Bien es cierto que pundonor y entrega no le falta. Y gracias a ellas encontró el empate. Migue España rescató un rechace y llevó la alegría a las gradas de El Maulí.

Pero la felicidad no se había digerido cuando otro error de la defensa acaba en el segundo penalti favorable al San Pedro. Chupi, con la calidad que atesora, volvió a marcar justo cuando el colegiado marcaba el descanso.

Tras el paso por vestuarios, los locales se volcaron en busca del empate, dejando desguarnecida a una defensa que no tenía su día. Chupi, con su tercer gol del partido, y Cintrado decidieron el choque en dos contras rápidas. Minutos después, los antequeranos demostraron su mala fortuna errando un penalti. Aun así, Fran acortó distancias, pero su tocayo culminó la goleada en los últimos instantes, desangrando a un Antequera que cada jornada que pasa ve más lejos la permanencia.