El Barcelona logró el pase para los cuartos de final de la Copa del Rey tras un intrascendente encuentro ante Osasuna que sólo vivió momentos de emoción cuando el cuadro local se adelantó en el marcador e hizo aparecer algunos fantasmas que se esfumarían con el tanto de Alexis Sánchez.

Incluso Messi tuvo tiempo de disfrutar de algunos minutos para no abandonar su costumbre de jugarlo absolutamente todo. El Barcelona tenía casi atado su pase a los cuartos, en los que le espera un Real Madrid que había logrado tumbar al Málaga para dirimir la semana a próxima otro clásico más, ahora en la Copa del Rey.

Osasuna salió dispuesto a callar críticas que avisaban de que la eliminatoria se daba por perdida. Los hombres de Mendilibar tiraron de orgullo en los primeros compases del encuentro y encontraron con facilidad el camino de la portería de Pinto. Sin embargo, la puntería no acompañó al conjunto osasunista, que con Lekic como único punta trató de incordiar a la improvisada defensa del Barcelona.

Las peores noticia para el cuadro de Pep Guardiola fueron las lesiones de Fontás y Pedro, sufriendo el primero una posible rotura de ligamento.

Cuando antes del descanso Lekic anotó el primer tanto del encuentro, el Barcelona decidió reaccionar. El 1-0 había reflejado el méritos de los locales, más impetuosos e intensos que los azulgrana. Pero al inicio del segundo tiempo Alexis tardó tres minutos en poner las tablas en el marcador y apagar un sueño demasiado lejano para Osasuna.

El choque tomó un color diferente con la entrada en el campo de Messi. El argentino tomó un rol protagonista aportando más dinamismo y despliegue técnico al equipo y obligando a su rival a tomar una postura más conservadora. El cansancio, además, fue restando energía a un Osasuna que reservó a casi todos sus efectivos habituales para poner las miras en su encuentro liguero de esta semana. El Barcelona, también con algunos reservas, apretó con el paso de los minutos hasta que Messi asistió a la perfección a Sergi Roberto para que el canterano batiera con calidad a Riesgo y pusiera el segundo, el que cerraba un partido que Osasuna peleó desde el inicio hasta el final sabedor de sus irreales posibilidades.