El desplazamiento masivo de aficionados del Málaga, en torno a un millar, hará que el Córdoba refuerce sus medidas de seguridad para el encuentro. Está previsto que 130 profesionales velen por la tranquilidad, aunque se trata más de un protocolo que de miedo, puesto que las buenas relaciones entre clubes y aficiones garantizan a priori un sano comportamiento en el derbi.

De hecho, está previsto que antes del encuentro representantes de ambas federaciones de peñas protagonicen un acto de hermanamiento. Habrá intercambio de bufandas y globos con los colores de ambos equipos serán lanzados al cielo.

El director de seguridad del Málaga, Eugenio Lorente, desplazado ayer hasta Córdoba -el vicepresidente y consejero, Paco Martín Aguilar, comandó la expedición-, tiene controlados "unos diez o doce autobuses" y fue tratado muy cordialmente por la directiva cordobesista a la llegada al hotel donde pernoctó la plantilla.

Lo único que le preocupa al dirigente blanquiazul es el viaje de particulares, ya que apenas quedan entradas libres para presenciar el encuentro -ambos fondos de El Arcángel están inutilizados por las reformas del recinto y los 9.139 abonados de la entidad blanquiverde casi copan el cien por cien de las gradas que están operativas-. Ello hará que muchos se queden sin su localidad o que alguno se vea obligado a pagar las de más altos precios.

El club colocará a los visitantes malagueños en el sector alto de la grada de Preferencia en una zona usualmente acordonada para las aficiones rivales.