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Djokovic: "Siento como si fuera el primero"

Novak Djokovic conquistó su tercer título de Wimbledon al superar a Roger Federer en la final por 7-6 (1), 6-7 (10), 6-4 y 6-3. El serbio, de 28 años, se impuso tras dos horas y 55 minutos para conseguir su noveno trofeo de Grand Slam en su carrera y el sexto título de la temporada.

Federer, por su parte, perdió su tercera final en la catedral del tenis y quedó en las puertas de convertirse en el tenista más longevo en ganar Wimbledon en la Era Abierta (con 33 años y 338 días) y de ser el único jugador con ocho coronas sobre el césped del All England Club.

En una final ajustada, de gran nivel y con el público muy en favor del helvético, el balcánico se impuso al jugar mejor los puntos importantes gracias a que su devolución ganó la batalla sobre el servicio del suizo, que con 33 años demostró que sólo un número uno como Djokovic podía ganarle este año en la catedral del tenis.

El serbio tardó más de la cuenta en tomarle la mano a la devolución del servicio de Federer y careció de chispa en el inicio. Perdió su servicio en el sexto juego, pero reaccionó en el siguiente y se mantuvo con vida.

Una doble falta y un error no forzado de revés pusieron al número uno en aprietos al enfrentar dos set points cuando servía 5-6; el ánimo del público para Federer -"Demuéstrales quién es el que manda", le gritaron- no fue suficiente, ya que Djokovic encontró un gran aliado en su primer servicio y forzó el tie-break.

La confianza ya estaba del lado del serbio en la definición, en la que el suizo falló bolas fáciles y terminó entregando el set con una doble falta en 45 minutos.

Djokovic desbordó al suizo con potencia y precisión. Pero Federer siempre estuvo cerca: volvió a generar dos oportunidades de rotura con el servicio 2-2 de Djokovic, pero el número uno se fortaleció al salir airoso.

Casi en su totalidad, la pista central daba fuerzas a Federer: si una dejada se quedaba en la red, se escuchaban lamentos; tras un ace, un aplauso ensordecedor. Djokovic ya vivió situaciones similares el año pasado y volvió a demostrar templanza.

En la segunda manga fue Djokovic quien comenzó sacando, por lo que a Federer le tocó servir para seguir en el set 4-5: tras una doble falta, sirvió en un 30-40 y salvó el set point, que pasó del silencio sepulcral al júbilo en las gradas por el yerro del serbio. Luego el suizo dispuso de una bola vital para romperle el servicio en el juego siguiente, que el número uno salvó con inteligencia.

En el segundo tie-break fue donde más se sintió la tensión en el ambiente. El público no dudó en volcar su apoyo unánime a Federer. En una definición electrizante, el suizo remontó seis puntos de set (uno de ellos con un revés paralelo que levantó a 15.000 espectadores de sus asientos) e igualó las acciones al ganar el tie-break 12-10 con una jugada de saque y volea de segundo servicio, celebrada con una ovación de pie en las gradas.

El serbio salió con furia a recuperar lo perdido en el tercer parcial. Restó de forma perfecta y lastimó al número dos abriendo la cancha con su revés paralelo para conseguir un quiebre en el tercer juego gracias a un error inusual de Federer solo frente a la red.

La tensión mermó sensiblemente tras el quinto juego: la lluvia obligó a suspender el partido por 25 minutos. En la reanudación, Djokovic hizo los deberes: mantuvo su servicio sin enfrentar puntos de break y se adelantó dos sets a uno al ganar 6-4 el tercer parcial.

El marcador a su favor lo hizo jugar con mayor comodidad al serbio, que siguió causándole molestias al suizo con su resto rasante a los pies. Así llegó el quiebre en el quinto juego, que le dio una ventaja eventualmente decisiva a Djokovic.

Conforme se veía venir la caída de Federer, el público llegó incluso a abuchear un segundo servicio de Djokovic. El serbio, desafiante, festejó el octavo game con un "¡vamos!" dirigido hacia las gradas. En el juego siguiente completó la faena al romper el servicio de Federer tras dos horas y 55 minutos.

El tenista serbio Novak Djokovic, triple campeón de Wimbledon, afirmó después de derrotar a Federer que es su tercer título pero que se siente "como si fuera el primero". "Sabía que era una final de Wimbledon ante el tenista más exitoso de la historia, algo que de verdad me ponía nervioso. Sentí la presión", indicó en la sala de prensa del All England Tennis Club de Londres.

Después de caer ante otro suizo, Stanislas Wawrinka, en la final sobre la arcilla de París hace poco más de un mes, el número uno del mundo consiguió rehacerse para luchar por su tercer entorchado en la catedral del tenis.

"El deporte hace que te recuperes pronto. En sólo un par de semanas tienes que estar motivado para volver a un gran nivel en otro Grand Slam. En ese aspecto, estoy contento de que Wimbledon llegara sólo tres semanas después de Roland Garros", dijo.

"Toca recuperarse deprisa y seguir adelante. Cuando llegas a Wimbledon no puedes pararte a pensar qué pasó en París, debes mirar hacia adelante", apreció. "Me he demostrado a mí mismo que podía hacerlo de nuevo, que podía ganar otra vez Wimbledon. Es mi tercer título, pero me siento como si fuera el primero", expresó.

Con este triunfo, Djokovic iguala en número de títulos a su entrenador, el alemán Boris Becker, quien ya reinó en el barrio de SW19, en el suroeste de Londres, en 1985, 1986 y 1989. "Boris ha estado ahí en los buenos y en los malos momentos, apoyándome siempre. Esta unidad que tenemos nos permite seguir adelante y disfrutar cuando llegan los títulos", sostuvo.

Sobre su palmarés, afirmó que "estoy feliz de todo lo que he logrado en mi carrera. Si a los 14 años, cuando estaba en Serbia, me dices que voy a llegar al los 28 habiendo ganado 10 Grand Slam, lo hubiera firmado".

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