Dos penaltis en el tiempo añadido, uno a favor, provocado por el español Cesc Fábregas y transformado por el holandés Robin van Persie, y otro en contra, marcado por Dirk Kuyt, alentaron al Arsenal primero y después lo llenaron de frustración, en el choque ante el Liverpool (1-1), que alejó al cuadro de Arsene Wenger del título.

El equipo londinense pudo situarse a cuatro puntos del Manchester United y dejar todo por decidir en la Premier. Sin embargo, el penalti en contra señalado a continuación por Andre Marriner hundió las esperanzas del Arsenal.

El partido, plagado de equilibrio durante casi todo el choque y en el que el Arsenal fue incapaz de superar la ordenada zaga del cuadro de Kenny Dalglish, elevó su emoción en el tramo final, en los diez minutos de descuento.

La zozobra planeó en el ambiente a la hora de juego cuando el defensa del Liverpool Jamie Carragher, se desvaneció sobre el terreno de juego y tuvo que ser retirado del campo conmocionado, en camilla y asistido con oxígeno.

El capitán del Liverpool se dio un golpe con su compañero John Flanagan y se desplomó sobre el césped. El árbitro detuvo el partido durante diez minutos, el tiempo que requirió la atención el jugador red sobre el césped del recinto del Arsenal.

En la recuperación de este tiempo, en la prolongación del minuto 90, el choque obtuvo su mayor intensidad. Un penalti provocado por Cesc, que intentaba adentrarse en el área, fue transformado por el holandés Van Persie. El Arsenal tenía el triunfo en la mano. En ese momento, la desventaja con el United era de sólo cuatro puntos.

Sin embargo, en la jugada siguiente, el Liverpool encontró su salvación. El francés Emmanuel Eboue empujó al argentino Lucas Leiva dentro del área y Marriner indicó un nuevo penalti. Kuyt no falló. Evitó la derrota del Liverpool y frustró las aspiraciones del Arsenal, que acabó el choque a seis puntos de distancia del Manchester United con seis jornadas aún por disputar.

La diferencia parece más definitiva que nunca. Con el Manchester fuera de la FA Cup, las prestaciones de los de Ferguson deberían ser más fiables aún, por lo que parece imposible que el Arsenal pueda soñar con salvar la temporada con algún título. A Wenger sólo le queda depender del United en su sueño.