El Málaga vivió el último día de mercado de fichajes centrado en un nombre, el de Walter Fernández, pero finalmente no lo contrató. Su llegada no terminaba de hacer gracia al presidente, Fernando Sanz, ni al entrenador, Juan Ramón Muñiz. Desde Tarragona argumentaron que no hubo acuerdo en la opción de compra al final de la cesión en junio, si bien faltó confianza en la operación por parte de los grandes responsables para que se hiciera. Así, lo único novedoso fue dar de alta la licencia de Jordi Pablo, que estará disponible para jugar cuando se recupere de su grave rotura de ligamentos.

El jugador se vio tan cerca de vestir la camiseta del Málaga en Primera que acabó bastante frustrado. Se pasó casi toda la tarde atendiendo las múltiples llamadas que recibió y apagó el móvil cuando le comunicaron por la noche que la cesión no iba a llevar a cabo.

Ya el pasado domingo Fernando Sanz era un poco reacio a hacer el préstamo porque para ceder aun joven de 20 años por cinco meses prefería apostar por la cantera blanquiazul, más aún después del gran partido cuajado por muchos de ellos en el Vicente Calderón.

Más de lo mismo le ocurrió a Muñiz. Después del entrenamiento de la plantilla el técnico y los miembros de la dirección deportiva, Ricardo Rodríguez y Sandro, charlaron acerca de la conveniencia de incorporar al habilidoso centrocampista del Nástic. Al entrenador no le terminaba de convencer dicho refuerzo. A pesar de tenerlo en su lista de los jugadores más interesantes de la categoría de plata, el asturiano arguyó que por la izquierda ya tenía la sólida referencia de Duda y que por la derecha, la otra posición por la que puede actuar Walter, tendría que dar un importante salto de calidad para no frenar la buena progresión de Javi López. La duda de si apostar o no por esta incorporación presidió la mente de los dirigentes durante todo el día hasta que finalmente se abortó la operación.

Por su parte, el pretendía usar la cesión para revalorizar a su jugador, que este año ha explotado sus condiciones en el Nástic. Se llegó a hablar de una opción de compra por dos o tres millones incluso.

Así, Jordi Pablo será el gran fichaje junto a Caicedo. El interior castellonense hereda el dorsal 21 de Iban Cuadrado y seguramente la semana que viene se unirá al trabajo en grupo. Además, quedará una ficha libre en la plantilla, por lo que los dirigentes podrían incorporar a un jugador en paro de aquí a finales de temporada.

También se apuró hasta el último momento la salida de Milan Stepanov para liberar una ficha de extracomunitario y ver qué opciones ofrecía el mercado, aunque tampoco tuvo lugar su salida, por lo que Muñiz seguirá contando con el mismo grupo que el domingo.