Liga bbva

Menos Málaga (1-2)

  • l Málaga echa de menos a los ausentes y pierde el primer partido de 2015. El penalti que dio el triunfo al Almería fue inexistente lLos de JIM frenaron muy bien a los atacantes locales.

l jenga es ese juego en el que se quitan piezas de madera de una construcción. El edificio pierde estabilidad pero sigue en pie. Hasta que se quita una lámina y se viene abajo. El Málaga vive un proceso similar. Acabó 2014 como un tiro desde el punto de vista del resultado aunque ofreciendo algún síntoma de fatiga, con un oficio impropio de un bloque tan imberbe para apilar victorias. Entre lesiones y venta al Málaga se le ha caído la espina dorsal. Los dos centrales titulares, Weligton y Sergio Sánchez, el pivote sobre el que gira el equipo y esencial en el juego aéreo en las dos áreas, Camacho, y Roque Santa Cruz, al otro lado del Atlántico a cambio de unos euros. Y, lógicamente, el equipo se resiente, renquea porque las piezas que faltan cada vez son más importantes. La del maño y la del paraguayo son de las que se notan. La consecuencia ayer fue la derrota ante el Almería (1-2), en un partido que pudo acabar en empate pero en el que no se puede calificar de injusto el triunfo visitante. Sí la manera en que llegó, un penalti inexistente de Torres a Hemed tras un espectacular taconazo de Thievy que el israelí ejecutó a la red.

Lo mejor de la jornada son las derrotas de Celta y Athletic, pero el Málaga debe apuntalar el equipo para que no se le caiga. La salvación no corre peligro, pero no es cuestión de dejar caer lo construído. El Almería ha captado pronto la esencia de Juan Ignacio Martínez y cuesta mucho masticarlo. Se plantó bien en La Rosaleda, tapó los agujeros por las bandas, donde el Málaga genera desequilibrio, doblando los laterales con Thievy, al que con frecuencia se puede ver por Pinosol, y el interesantísimo Edgar. Desprendía un punto de fragilidad el equipo de Martiricos, desprovisto de sus salvavidas habituales. Volcaba sus ataques por la izquierda, con Amrabat, ayer más nocivo que positivo, cayendo a banda. Ganaba sus batallas particulares el marroquí, pero no conseguía generar ocasiones.  Se recuperó a Juanmi, pero tras mes y medio no se podía esperar un coíno deslumbrante.

Llegaba más el Almería, con algún apuro para Kameni, tras 10 buenos minutos del Málaga en los que vivió en el campo rival. Pero desprendía más peligro el contrario. Y el gol llegó en un balón parado mal defendido. Samu no llegó por los pelos al despeje, pero justo a su espalda entró Hemed para controlar y fusilar a Kameni. Es uno de los peajes por las ausencias de los centrales titulares, Camacho y Roque.

Zarandeó el gol al Málaga, que apretó en los minutos antes del descanso. Samu se sacó un remate complicadísimo casi con la espinilla tras un centro de Antunes que Julián, gran planta de portero, sacó con las dos manos. 

Y así se marchó el partido al vestuario. Gracia pronto vio que aquello no se revertía, al contrario. Quitó a Darder y Juanmi e introdujo a Rescaldani y Luis Alberto. Con Recio de ancla y con más dinamita en ataque, pero más desprotegido. La alineación del argentino, con el cartel de “se cede”, seguramente contenía un mensaje hacia arriba de Gracia más allá de la necesidad de un referente. El partido tenía más vuelo, en las dos vertientes. Una buena triangulación entre Samu Castillejo y Antunes acabó con un centro del luso desviado por un defensa. Apareció el otro Samu para pararla con el pecho y colocarla cruzada lejos del alcance de Julián. 

Apenas hubo tiempo para paladear el empate cuando en una contra del Almería, tras error de Amrabat, Thievy dejó un taconazo ante la salida de Kameni que Hemed mandó fuera con la meta vacía. Miguel Torres le importunó, pero un contacto insuficiente para decretar penalti. Teixeira lo vio así y el israelí metió el 1-2. El Málaga no tenía el duende de otros días. Rescaldani no ganó los balones aéreos que sí jugaba Roque. Se cayeron más piezas y el Málaga no fue el mismo en el regreso de 2015. 

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