La victoria ante el Alavés hizo que Juan Ramón Muñiz acabara satisfecho en la forma y en el fondo. La gran aportación de los menos habituales tras tanta lesión capitalizaba el motivo de su felicidad. "En la primera parte el equipo no estuvo bien, pero precisamente hoy [por ayer] es cuando más orgulloso hay que sentirse porque superó una situación difícil y sumó los tres puntos. Los menos habituales han demostrado que están fuertes, a un ritmo alto y que también tienen al equipo arriba", señaló el asturiano, ayer más locuaz que de costumbre.

El técnico justificó el cambio de Sandro por Peragón como "decisión táctica" y precisó que lo hubiera hecho igualmente de haber sabido la posterior lesión de Salva.

En cuanto al desarrollo del choque, alabó el planteamiento de los vitorianos: "En todos los partidos es difícil sumar y en este no fue menos. El rival fue fuerte, durante la primera parte nos causó muchos problemas y nos cortó nuestra fuente de juego. Tenían el balón, pero en la segunda parte hubo un cambio radical".

Para el entrenador oponente, el también asturiano Josu Uribe, se vivió un antes y un después con "la lesión de Cabrera". "Hasta obligamos al rival a cambiar su dibujo táctico, pero perdimos, que es lo que cuenta", indicó.