Ricky Rubio se despertó el día de Reyes con unas opiniones incendiarias en la prensa de Minnesota. "Ha alcanzado un punto en su carrera donde es cada vez más perjudicial para los Timberwolves. (...) Insiste lanzando un bonito pase para distraer de su campaña más decepcionante", acusaba el rotativo estadounidense, que pretendía el traspaso del jugador de Masnou y que la franquicia diera minutos a Kris Dunn, un base novato que promete en la dirección.

Desde entonces todo es diferente. Un día después de la bomba, los Wolves se enfrentaron a los Mavericks y, casualidad o no, el base internacional español hizo un doble-doble (13 puntos y 15 asistencias). Desde entonces ha firmado 12 como ésos, el último la madrugada anterior, ante los Bulls, en la que Rubio anotó 17 puntos y repartió 11 asistencias en la victoria de su equipo ante los Bulls (117-89).

Los progresos del director español son evidentes. Tanto es así que nadie habla ya en Minnesota de su traspaso. Además, los Timberwolves no han dejado de crecer paralelamente al barcelonés y están situados en la duodécima posición de la Conferencia Oeste, a tres triunfos de los puestos de play off.

Aunque su función no es primordialmente la de anotar, Ricky Rubio ha ido progresando en sus registros estadísticos conforme han avanzado los meses. El crecimiento, desde enero, se resume en los capítulos de puntuación, porcentajes de tiro o asistencias.

Si en octubre Rubio promedió 4,5 puntos, en febrero se ha elevado a los 13,6 (pasando por 7 en noviembre, 7,9 en diciembre y 10,1 en enero). El porcentaje de tiros de campo ha experimentado también un notable incremento: 35,6 % en diciembre, 41,3 % en enero y 42,3 % en los siete partidos de febrero. De las ocho asistencias de diciembre, Rubio ha encadenado 9,7 en enero y 9,9 en el actual mes de febrero. Es el modo en que Ricky Rubio se ha reencontrado consigo mismo.