El líder intentará mantener el máximo de piezas posibles en su plantilla para la próxima temporada. Siempre hay un margen de mejora y habrá cambios. Pero la idea, ya plateada la campaña pasada, es hacer los mínimos retoques posibles. Si el año pasado se marcharon, sin que el entrenador lo deseara, Dragic, Stimac y Domas Sabonis (en algún escenario Caner-Medley), en este será complicado retener a Granger y Kuzminskas. Pero los hay que sí continuarán, como Carlos Suárez.

El club ratificó ayer de manera oficial lo que publicaba por la mañana este periódico, el acuerdo total para que el alero de Aranjuez amplíe su contrato hasta el 30 de junio de 2017, perfilado en las últimas horas. En una negociación masticada durante casi un año se ha llegado a un acuerdo satisfactorio para todas las partes. El Unicaja se asegura una pieza esencial del núcleo duro del equipo, jugador de confianza de Joan Plaza, a medio plazo. De paso, transmite un mensaje de estabilidad cuando varios de los mejores jugadores de la plantilla son cercados por equipos top de Euroliga y la NBA. El jugador obtiene, por su parte, la estabilidad que pretendía en una ciudad cuando abandonó Madrid. De no torcerse el asunto completará al menos un ciclo de cuatro temporadas en Málaga.

Fran Vázquez es el otro jugador que tiene contrato hasta 2017, aunque la última temporada es opcional. La idea, como ha recalcado Plaza en cuanto tiene ocasión, es otorgarle continuidad a un bloque que se ha hecho acreedor a ello. El técnico no dudó en postularse públicamente a favor de la continuidad de Suárez, del que dijo que "le quiero en Málaga mientras yo sea el entrenador". Plaza convenció al madrileño para venir a Málaga cuando le había dado prácticamente el sí al ahora desaparecido Montepaschi Siena. Una de esas llamadas cruciales en la vida. Hombre polivalente, capaz de jugar de tres y cuatro, más valorado por compañeros y técnicos que por sus números, ha logrado su propósito de revitalizar su carrera en Málaga tras años duros en el Madrid, el club de su corazón aunque se formara en el Estudiantes, donde no se consolidó como se esperaba, como el alero titular de la selección española.

Tras superar una secuencia de lesiones musculares en el traicionero gemelo desde pretemporada hasta el mes de diciembre, Suárez ha vuelto a competir a máximo nivel. Promedia esta temporada 5.1 puntos y 4.6 rebotes para 9.1 de valoración, casi calcando los números de la temporada pasada aunque con dos minutos menos en pista (22 por 24). Para garantizarse ese segundo año de contrato Suárez ha hecho un esfuerzo económico y la satisfacción es mutua.

"Quedarme dos años más aquí era lo que quería desde el principio. Siempre he querido quedarme en Málaga porque estoy muy contento aquí. Estoy muy feliz de haber podido firmar estos dos años más y esperemos poder cosechar los mismos éxitos que hasta ahora y poder hacer algo grande", decía Carlos Suárez, exultante, tras estampar con el presidente, Eduardo García, en Los Guindos su renovación con el Unicaja: "Al principio cuando llegué a Málaga quizás estaba algo dudoso porque era la primera vez que salía de Madrid pero no me costó nada aclimatarme a la ciudad. Estoy muy feliz aquí con mi familia, he vuelto a recuperar sensaciones a la hora de jugar al baloncesto… y eso era lo que quería desde el principio, seguir más de un año".

Tras la Copa del Rey, Suárez ya mira a lo más urgente: "Hay una cosa clara, somos mejor equipo que el año pasado por lo que se ha visto hasta ahora, por el papel que hemos hecho en la Copa, donde rayamos a gran nivel. Perdimos con el Barcelona por pequeños detalles pero en el cómputo global estamos contentos. Ahora tenemos que seguir mejorando, puliendo esos detalles de cara a los play off cuando nos enfrentemos a los grandes equipos de nuevo y subir un peldaño respecto a lo que hicimos el año pasado".